BRANDON- Decía Mahatma Gandhi que la fortaleza de una persona depende de la voluntad que tenga, de lo que esté dispuesto a hacer para conseguir lo que se propone y la superación de cualquier problema que se interponga en su camino.
Los cubanos Joan Trujillo y Naylet Vives sienten que su historia tiene mucho que ver con este pensamiento. Su recién inaugurado carrito de comida Cuba Libre Cuban Food, en el 113 S Parson Ave, de Brandon es mucho más que un negocio para ellos.
Trujillo, de 40 años, y Vives, de 36, cuentan con la ayuda de sus hijos adolescentes Karla, de 13 y Cristian, de 14 años, durante los fines de semana, para echar a andar este sueño familiar.
"Hacemos el mejor café cubano y nuestro sándwich es original y el secreto lo tiene el pan. Es un secreto de verdad… y no lo voy a decir. Nada más puedo decir que el pan está hecho especialmente para nosotros", dijo Trujillo sonriendo. "El negocio es de mi esposa, nosotros la ayudamos porque a veces viene bastante público y además este carrito es realmente un proyecto familiar que veníamos acariciando desde que llegamos a este país".
Mientras Trujillo ayudaba a preparar un sándwich de media luna, que contiene jamón, queso y mostaza en pan suave, contó que no siempre los vientos soplaron a favor de su familia que ahora vive los comienzos de un sueño en tierra de libertad.
"En el 2013 el gobierno cubano decidió demoler nuestra cafetería en Cuba. Nosotros ya teníamos tres años de experiencia en ese negocio al que apostamos todo lo que habíamos guardado y con el que dábamos de comer a nuestra familia" rememoró Trujillo.
En las calles 51 y 88 en un municipio de La Habana llamado Marianao, Vives y su esposo decidieron comenzar su "negocio por cuenta propia", nombre con que se conoce en la isla a los negocios privados, según comentaron a CENTRO Tampa.
"Después que nos dieron la licencia, en 2009 lo cual es un proceso interminable, un día nos dijeron que la cafetería estaba mal ubicada y tuvimos que hacer miles de trámites con abogados hasta que se resolvió el problema de la ubicación", dijo Trujillo. "Durante tres años trabajamos las 24 horas tomando turnos. EL negocio se llamaba El rincón de la farándula, porque era muy visitada por artistas con los que mi esposo trabajaba, porque siempre se ha dedicado a la televisión", comentó Vives.
Un buen día, de los pocos que se tomaba la pareja para recargar energía, recibieron una llamada de un familiar avisando que estaban demoliendo la cafetería porque estaba mal ubicada y sin ninguna explicación previa.
"Yo no podía creerlo, pensaba que era mentira. Cuando llegamos estaban los policías rompiendo todo con mandarrias (martillos pesados). Nadie puede imaginar lo que uno siente por dentro cuando ves cómo destruyen el trabajo de más de tres años delante de ti", continuó Vives.
Visiblemente emocionado el matrimonio narró que en ese momento acababan de invertir en reparar su negocio y arreglar un jardín con intenciones de mejorar la visibilidad de su cafetería.
"Imagínense que hoy lo que hay allí es un basurero, el jardín se destruyó y lo que hay ahora allí es basura. Para eso destruyeron los sueños de una familia", dijo Vives.
"Nos sentimos tan traicionados por un gobierno que debía protegernos, que desde ese momento entre el dolor y el ofuscamiento decidimos que nos íbamos del país. En eso pusimos todo nuestro esfuerzo".
Desde Cuba lograron volar hacia México donde tampoco tuvieron una estancia fácil, dijo Trujillo.
"Allí estuve primero solo y luego con mi esposa, los dos tuvimos que sacrificar 18 meses sin ver a nuestros hijos. Nos estafaron tres veces tratando de obtener los papeles, fueron tiempos muy difíciles", afirmó Trujillo.
Después de volar a Cuba a buscar a sus hijos, finalmente, el 17 de julio de 2015 pudieron llegar los cuatro a Estados Unidos en avión y acogerse a la Ley de Ajuste Cubano.
Desde su llegada a tierra estadounidense la familia no ha vuelto a Cuba, han decidido transformar los tristes recuerdos en fortaleza para construir un futuro en un país que les ha brindado mayores posibilidades.
"Yo recuerdo que alguien me decía que un bien mayor nos esperaba en alguna parte, pero en aquel momento era difícil creerlo. Ahora que hemos logrado tener nuestro negocio otra vez pienso mucho en aquella persona", dijo Trujillo.
Parte de esa segunda oportunidad en los negocios lo plasmaron en el nombre del nuevo lugar.
"Cuba Libre no es solamente el nombre de nuestro negocio, Cuba Libre es el sueño de todos los cubanos que queremos la libertad, yo siempre estuve en contra de las cosas que hace el gobierno en Cuba, siempre he soñado con la libertad de mi país, luego de lo que me pasó ese sentimiento se hizo más fuerte", dijo Vives en alta voz desde el interior del carrito mientras preparaba un café.
El negocio tiene una imagen bastante peculiar que según explicaron los propietarios intenta apoyar el mensaje de la libertad.
"El diseño representa una estrella que flota en un mar de mostaza. La estrella es un barco que simboliza a todos los cubanos que han decidido emigrar de Cuba de cualquier manera, ya sea en balsa o a pie o en un avión, es un homenaje a ellos", explicó Trujillo quien se ha ocupado de la imagen y la preparación del negocio que compró en noviembre de 2018 .
"Yo hice las instalaciones, todo está pensado para desplazarnos a cualquier parte, así podemos ir a los eventos. Le puse al carrito aire acondicionado, tiene agua caliente y fría y le hice todos los diseños los carteles y los lumínicos", dijo Trujillo.
La familia no puede ocultar su felicidad, para ellos este es solamente el comienzo de un anhelado sueño que incluye expandirse por toda Tampa en una cadena de restaurantes móviles.
"Yo siento que estoy viviendo lo que siempre quise de toda mi vida, primero porque no estoy de acuerdo con el gobierno de Cuba y segundo porque en este país existen todas las oportunidades para crecer, solo hay que trabajar", dijo Vives, antes de correr a atender a un grupo de clientes ansiosos de probar el sándwich Cuba Libre, que es la especialidad de la casa.
Para Trujillo lo importante es esforzarse, no dejarse vencer por las barreras y tener un objetivo claro.
"Yo tengo mi propia compañía de publicidad, pero también trabajo para ayudar a mi esposa. Aquí hay que levantarse una hora más temprano y acostarse una hora más tarde. Nosotros vamos a crecer, este es solamente el principio. Cuba Libre en unos meses estará por toda Tampa", expresó orgullosamente el cubano.
Nora Rivera, de 49, y Roberto Colón, de 50 años, fueron los primeros clientes del día. Los puertorriqueños después de un buen café cubano se han vuelto clientes habituales en el negocio.
"Vinimos enamorados del café cubano, encontramos este lugar bastante acogedor y además nos recuerda a nuestro país. Hay muchos carros de comida puertorriqueña y mexicana, pero no cubana. El tamaño del sándwich es increíble y los precios son muy buenos", comentaron a CENTRO TAMPA.
En Cuba Libre Cuban Food el sándwich más caro que es la especialidad de la casa vale $9.99 y el más económico es de $ 3.99.
La cubana Nora Domínguez dijo que ya había estado en varias ocasiones en el negocio y por esa razón decidió llevar a su esposo por primera vez.
"Me parece muy bien esta idea, sobre todo me gusta que los cubanos podamos emprender negocios fuera de Cuba con ese ímpetu y la inteligencia que tenemos. Ellos son un orgullo para nuestra comunidad", dijo Domínguez.
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