TAMPA - A sus 22 años de edad, Laura Bravo ha encontrado un empleo, algo que le había sido difícil o casi imposible hallar en su natal Cuba, país que la vio crecer hasta los 19 a la sombra de una limitación auditiva que la ha acompañado desde su nacimiento.
Bravo trabaja en el Centro de Entrenamiento MacDonald, de Tampa, con una actitud alegre y responsable. Allí, rodeada de otros empleados adultos con discapacidades, Bravo empaca los pequeños dispositivos de control de peajes para las carreteras, SunPass. La tarea, que para algunos puede ser percibida como sencilla, definitivamente no lo es, ya que no solo compromete atención y rapidez de movimiento sino dinamismo operacional y manejo de maquinaria especializada para que fluya sin inconveniente alguno.
"Estoy muy contenta de hacerlo", sostuvo Bravo, utilizando un lenguaje de señas y la ayuda de la intérprete y especialista de inclusión del Centro, Patti Sánchez, quien a su vez perdió su capacidad de audición a los siete años.
Con determinación y soltura Bravo dijo sentirse muy animada por el hecho de hacer una labor que le ha permitido abrir las puertas a un mundo que le era desconocido. El salto no ha sido producto de la casualidad sino de su constancia e interés por aprender algo nuevo, añadió Sánchez.
La joven Bravo trabaja en el Centro al menos 24 horas a la semana. Sus padres la llevan todas las mañanas desde el hogar de la familia, ubicado en Town'n'Country. Su amplia sonrisa y ojos vivaces traducen su alegría infinita por sentirse una persona productiva en la sociedad.
"Me gusta y espero seguir haciendo lo que hago", añadió Bravo con su lenguaje de señas. "No voy ni quiero quedarme aburrida en casa".
En el curso de muchos años de historia bien ganada y reconocida por su alcance social, el Centro de Entrenamiento MacDonald se ha consolidado con fuerza en el terreno de acción como una entidad no gubernamental que se estableció en Tampa a inicios de la década del cincuenta. Surgió para apoyar oportunidades de desarrollo y respaldo que en el tiempo se amplió para gente con discapacidades de toda clase, incluyendo autismo y limitaciones intelectuales. El autismo es un trastorno del desarrollo que presenta anomalías vinculadas, como problemas en el lenguaje, la conducta y las relaciones sociales.
El Centro fue fundado en 1953 por J. Clifford MacDonald y un grupo de padres visionarios de personas con discapacidades. Es eficaz en la mejoría de estas condiciones ya que promociona y desarrolla diferentes proyectos de participación y aprendizaje de habilidades para adultos, tales como programas de computación, talleres de arte, reciclaje de computadoras y hasta mantenimiento y limpieza de habitaciones de hospitales y centros de atención de salud. Los resultados son excepcionales y confirman, una vez más, que los empleados de educación especial no solo tienen una alta tasa de retención cuando son contratados por empresas, sino que actúan con mucha responsabilidad y lealtad, puntualizó Sánchez.
Bravo fue una de las primeras estudiantes que se graduaron en el marco de un programa especial realizado, el pasado verano, para personas con sordera en el Centro de Entrenamiento MacDonald. La iniciativa afianzó conocimientos de habilidades para una entrevista de trabajo y la preparación de currículos, entre otros, relató Sánchez.
La familia de Bravo dijo que la joven se muestra más segura y confiada desde que empezó a asistir al Centro.
"Definitivamente estamos muy contentos con su desarrollo y lo que viene aprendiendo", dijo Rosmery Revilla, esposa del padre de Bravo. "Laura es una joven con muchas cualidades: es cariñosa, voluntariosa y le encanta ayudar a los demás, pero sobre todo le gusta mucho trabajar en el Centro de Entrenamiento. Es como su segunda casa".
En el transcurso de un año Bravo se ha destacado como una empleada ejemplar del Centro que, a su vez, mantiene un contrato de servicios con la administración del SunPass, y otras empresas privadas, para ofrecer alternativas de empleo a los adultos con necesidades especiales, dijo la puertorriqueña Vilma Sánchez, funcionaria del Centro y contacto medular de la entidad para la comunidad de Tampa.
Agregó que la ayuda y asesoramiento del Centro de Entrenamiento MacDonald siempre está innovándose para ayudar a las personas con limitaciones y discapacidad intelectual.
"Nuestros servicios son para ayudar a esta población a tomar empleos en la comunidad y hacer diferentes cosas para que puedan vivir independientemente", precisó Sánchez, quien lleva 29 años trabajando en la organización.
Sánchez puntualizó que el trabajo y las metas del Centro de Entrenamiento están abiertas a la multiplicación de esfuerzos para toda la comunidad, incluyendo la hispana.
"Las personas que tienen una limitación o incapacidad intelectual deben saber que ellos pueden hacer muchas cosas en su vida para ser independientes y progresar en la vida", comentó Sánchez, de 52 años. "No podemos quedarnos en la casa o sentarnos a ver televisión todo el día porque las cosas que ofrecemos en el Centro no tienen límites. Son cosas que uno puede aprender", indicó Sánchez.
La especialista puntualizó que la entidad está trabajando para agregar información en español de primera mano y detalles de los programas y servicios que se ofrecen para que cada vez más gente pueda tomar nota de las iniciativas que se llevan a cabo.
"Estamos haciendo el procedimiento de traducir muchas de las cosas que tenemos en el website (sitio electrónico) para que así se pueda manejar la información que tenemos", comentó Sánchez.
Otro de los hispanos que se han favorecido con las oportunidades del Centro de Entrenamiento MacDonald es Yonn Perlaca, un joven colombiano de 30 años que sufre de sordera. Perlaca trabaja 30 horas en el Centro, de lunes a viernes. En su proceso de educación y formación, Patti Sánchez asiste al joven para afianzarse en hacer cosas fundamentales y del día a día.
"Estamos enseñándole muchas cosas porque nunca tuvo una educación formal en Colombia", enfatizó Patti Sánchez.
Perlaca, quien llegó con su hermano Michael hace nueve años desde la ciudad de Cali, ayuda en las operaciones de embalaje de botellas de plástico con precisión y contagiante alegría. Su comentario sobre el trabajo que hace a diario no necesitó mucha explicación.
"Me gusta", dijo enfático Perlaca con la ayuda de Patti Sánchez.
El hermano de Perlaca, Michael, dijo a CENTRO Tampa que los especialistas y asesores del Centro de Entrenamiento MacDonald son vitales en el desarrollo constante de personas con necesidades especiales como Yonn.
"Yo lo veo en mi hermano diariamente", comentó Michael. "Él es ahora más ordenado y pone mucho empeño en las cosas para que todo salga bien. Estamos orgullosos de lo que viene logrando".
Para más información y detalles sobre el Centro de Entrenamiento MacDonald visite el sitio
Macdonaldcenter.org
*Vilma y Patti Sánchez, protagonistas de este artículo, no tienen parentesco.