CORAL GABLES, Florida, EE.UU. (AP) — El gobierno del presidente Donald Trump intensificó el miércoles su campaña contra Cuba, Nicaragua y Venezuela, al desmantelar políticas del gobierno de su antecesor, Barack Obama, y anunciando nuevas restricciones y sanciones contra los tres países. El asesor de seguridad nacional John Bolton apodó a los líderes de esas naciones latinoamericanas de los "tres títeres del socialismo".
"La troika de la tiranía _Cuba, Venezuela y Nicaragua_ está empezando a desmoronarse", afirmó el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Bolton en un discurso contundente cerca de Miami, en el 58º aniversario de la fallida invasión de Bahía de Cochinos a Cuba por parte de Estados Unidos, en un intento para derrocar al gobierno cubano.
Bolton anunció un nuevo límite a la cantidad de dinero que las personas en Estados Unidos pueden enviar a sus familiares en Cuba. El gobierno de Obama había aumentado los límites a las remesas, pero el nuevo techo será de 1,000 dólares por persona y por trimestre, dijo Bolton. Las remesas a la isla desde Estados Unidos ascendieron a 3,000 millones de dólares en 2016, según el Departamento de Estado.
Bolton también anunció sanciones para el Banco Central de Venezuela, el cual, según la administración Trump, ha sido fundamental para apoyar al asediado gobierno del presidente venezolano Nicolás Maduro.
También anunció sanciones contra el proveedor de servicios financieros Bancorp, que según él es un "fondo de sobornos" para el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega.
"Estados Unidos espera ver caer cada esquina de este sórdido triángulo del terror: en La Habana, en Caracas y en Managua", dijo Bolton en el sur de Florida, donde viven miles de exiliados e inmigrantes de Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Alegó que las políticas de la administración Obama le dieron al gobierno cubano "cobertura política para expandir su influencia maligna" en toda la región, incluso en Venezuela. Según Bolton, Cuba ha entrenado a las fuerzas de seguridad venezolanas para reprimir a los civiles y apoyar a Maduro.
"La Habana sigue apoyando a Maduro y ayudándolo a mantener el brutal sufrimiento del pueblo venezolano", agregó Bolton. "Como ha dicho el presidente Trump, Maduro es simplemente un títere cubano".
"Miles de médicos cubanos en Venezuela están siendo utilizados como peones por Maduro y sus patrocinadores cubanos para apoyar su reinado brutal y opresivo", añadió.
La promesa de Bolton de "nunca abandonar jamás" a los pueblos de Cuba, Venezuela y Nicaragua en su lucha por la libertad también podría sonar vacía, a la luz de los acontecimientos históricos que trató de destacar en el evento organizado por la Asociación de Veteranos de Guerra de Bahía de Cochinos.
Hasta la fecha, muchos cubano-estadounidenses están resentidos con el difunto presidente John F. Kennedy por no haber enviado tropas estadounidenses en un momento crítico de la invasión de Bahía de Cochinos.
Bolton habló pocas horas después de que el secretario de Estado Mike Pompeo anunció durante una conferencia de prensa en Washington una nueva política que abrió la puerta para presentar demandas contra empresas extranjeras que operen en propiedades confiscadas a estadounidenses tras la revolución cubana de 1959. Estados Unidos ha impuesto un bloqueo comercial contra Cuba desde principios de la década de 1960.
El anuncio se hizo en un momento de grave debilidad económica en Cuba, que pasa apuros para encontrar fondos suficientes para importar alimentos básicos y otros suministros después de la caída en la ayuda proveniente de Venezuela y una serie de años negativos en otros sectores económicos.
Pompeo dijo que no renovará una prohibición a las litigaciones, que ha estado vigente desde hace dos décadas, lo que significa que se podrán presentar demandas a partir del 2 de mayo, cuando expire la suspensión actual. La decisión podría afectar a decenas de empresas canadienses y europeas por hasta decenas de miles de millones de dólares en indemnizaciones e intereses.
Pompeo dijo que el gobierno estadounidense estaba actuando porque reconocía la "realidad" de que la prohibición de las demandas, que ha estado en vigor desde 1996, no había logrado el objetivo de presionar a Cuba para que promulgara reformas democráticas o frenara lo que él calificó de exportación de opresión a toda América, particularmente a Venezuela.
"Vemos claramente que la represión del régimen contra su propio pueblo y la exportación persistente de la tiranía en la región sólo ha empeorado, porque los dictadores perciben el apaciguamiento como debilidad, no como fuerza", dijo a los periodistas en el Departamento de Estado.
El anuncio de Pompeo da a los estadounidenses el derecho de demandar a las compañías que operan en hoteles, negocios tabaqueros, destilerías y otras propiedades que Cuba nacionalizó después de que Fidel Castro tomara el poder.
Permite que los cubanos que se convirtieron en ciudadanos estadounidenses años después de que les quitaron sus propiedades puedan presentar demandas.
Hay alrededor de 6.000 reclamos que el Departamento de Justicia ha certificado como meritorios, según Kimberly Breier, la principal diplomática de Estados Unidos para América. Esas pretensiones tienen un valor calculado en 8.000 millones de dólares: 2.000 millones en propiedades y 6.000 millones en intereses, dijo. Además, hay alrededor de 200.000 reclamaciones sin certificar que podrían ascender a decenas de miles de millones de dólares, agregó.
Breier declaró que no habría excepciones a la decisión, lo que ya ha provocado respuestas severas de Canadá y Europa, que se comprometieron a proteger a sus empresas de demandas judiciales. Dijo que la única manera de que las empresas estén a salvo de los litigios será asegurarse de que no están haciendo negocios con propiedades expropiadas.
"Las empresas europeas que operan en Cuba no tendrán nada de qué preocuparse si no operan en propiedades que les han sido arrebatadas a los estadounidenses", aseveró.
El anuncio se hizo mientras Cuba se esfuerza por atraer inversión extranjera y el gobierno de Trump toma medidas para aislar al asediado mandatario venezolano Maduro, quien se aferra al poder con la ayuda de otros países, entre ellos Cuba, China y Rusia.
La portavoz del gobierno de España, Isabel Celaá, informó el miércoles que las autoridades ofrecerán apoyo a cualquier empresa española afectada por posibles demandas de Estados Unidos contra empresas extranjeras en Cuba. Celaá no se explayó sobre la forma que podría adoptar el apoyo del gobierno español.
España tiene grandes inversiones en hoteles y otros sectores relacionados con el turismo en Cuba.
Un alto funcionario del gobierno español dijo a The Associated Press que Madrid pediría a la Unión Europea que impugne la medida de Estados Unidos ante la Organización Mundial de Comercio.
Empresas de Canadá, Francia y Gran Bretaña, entre otros países, también realizan negocios en propiedades nacionalizadas después de que Castro tomó el poder.
Johana Tablada, subdirectora de Cuba para asuntos estadounidenses, tuiteó imágenes sobre la votación en la ONU contra el embargo estadounidense realizada a finales del año pasado, y escribió: "Antes de que se encaramen eufóricos en la cresta de la ola de su maldad y mentiras, he aquí un toque de realidad. En verdad, el mundo le dijo a John Bolton y al gobierno de Estados Unidos que elimine su bloqueo criminal contra Cuba y la Ley Helms-Burton".
Esa ley de 1996 les otorga a los estadounidenses el derecho a demandar a las compañías, en su mayoría europeas, que operan hoteles, fábricas de tabaco, destilerías y otras propiedades que Cuba nacionalizó después de que Fidel Castro tomó el poder. Incluso permite las demandas de cubanos que se nacionalizaron estadounidenses años después de que sus propiedades fueron expropiadas.
"La aplicación territorial del embargo de Estados Unidos es ilegal es contraria al derecho internacional", dijo Alberto Navarro, embajador de la UE en La Habana. "Yo, personalmente, lo considero también inmoral, y ahí están los 60 años que lo único que aportó el embargo es sufrimiento al pueblo cubano".
Las aerolíneas y cruceros estadounidenses, que llevan a cientos de miles de viajeros a Cuba cada año, aparentemente estarían exentas.
Cada presidente estadounidense desde Bill Clinton ha suspendido una cláusula de la ley para evitar esas disputas comerciales y las posibles demandas en masa que evitarían cualquier acuerdo a futuro con Cuba sobre las propiedades nacionalizadas. Cuba ha indicado que está dispuesta a reembolsar a los dueños de las propiedades confiscadas, pero sólo si el gobierno comunista también es reembolsado por los miles de millones de dólares en daños generados por las seis décadas de embargo comercial estadounidense.