TAMPA- Tan solo tres meses después de su nacimiento, a Alexa Prieto Vidal la vida le cambiaría para siempre. La niña ingresó a un hospital en la Habana, el diagnóstico fue por una descompensación de su estómago, pero debido a la mala atención y a la falta de recursos médicos en la isla, la niña contrajo una bacteria que le generó una gangrena en sus dos pies.
"La falta de medicamentos, las instalaciones en mal estado y médicos al parecer no muy capacitados, terminaron por dejar en su cuerpo una bacteria, que se manifestó con los dedos de sus pies morados", le dijo a CENTRO Tampa Jacqueline Vidal, la madre de Alexa.
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Vidal al regresar al hospital y preguntar qué pasaba, le argumentaron que eran los cambios de temperatura, que la tapara bien: "Algo que nunca había escuchado como profesional de la salud, un descuido que llevo a la niña a vivir la situación que padece hoy día", explicó Armando Quirantes, un médico de 81 años especializado en ortesis y prótesis.
Al continuar Alexa con los dedos de sus pies morados y cada vez más ese color subiendo por sus piernas, por fin apareció un doctor en Cuba que la analizó de nuevo y lastimosamente le dio la mala noticia a la familia de Alexa, que a tan solo a tres meses de su nacimiento la menor tenía que ser amputada de sus dos piernas.
Fue así como el seis de abril del 2015, la menor ingresó a cirugía para extirparle sus extremidades inferiores y así salvarle la vida.
Quirantes está radicado en Miami y se ha convertido en el ángel guardián de Alexa y su madre Jacqueline Vidal: "Conocí su caso a través de una periodista de Radio y Televisión Martí en Cuba, ella me contactó y me contó el caso".
Y es que este médico se dedica desde hace 50 años a ayudar a familias necesitadas en centro y sur América, personas de escasos recursos que por algún motivo necesitan de un tratamiento de ortesis o prótesis que desde luego no pueden costear.
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"Yo los traigo acá a Miami, los hospedo en mi casa muchas veces, y trato al máximo de ayudarlos para que sus vidas continúen lo más normal posible", narró Quirantes.
Luego de conocer el caso de Alexa, el médico realizó todas las gestiones a través de su fundación 'Prótesis sin Fronteras' para gestionar una Visa Humanitaria, la cual le fue otorgada a la niña y desde este punto se desprende el resto de la historia.
Como reportó CENTRO Tampa en Octubre de 2018, Alexa habría llegado a Miami y sería atendida en Tampa gracias a la respuesta positiva de un hospital local.
"Shriners Hospitals for Children en Tampa fue el único que me abrió las puertas, busqué por todo Miami y no me recibieron la niña por no tener seguro médico, Tampa debe estar orgulloso del servicio de este hospital", agregó Quirantes.
¿Cómo ayudar a Alexa?
Aunque almas tan bondadosas como la del Doctor Quirantes, que le ayudan Alexa y a su madre a cubrir algunos gastos a través de la Fundación 'Prótesis sin Fronteras', también Tampa acoge la solidaridad.
Jael Martínez y Ligia Cohen son dos mujeres radicadas en el área de la Bahía de Tampa que les abrieron las puertas de sus casas a Jacqueline y a su hija para hospedarlas, pero la manutención y el transporte, además de otra serie de necesidades también se deben cobijar.
"Estos es lo que se vive en Cuba, nos venden la idea de los mejores médicos y demás, pero la realidad es otra. Malos procesos, no hay recursos, falta de higiene en hospitales, sondas infectadas, por eso la familia de Alexa esta en esta situación y nosotros deseamos ayudarla", argumentó Martínez, una cubana que las recibió en su hogar.
"Entre las dos me mantienen en sus casas, estoy muy agradecida también con Ligia Cohen, una colombiana que nos tendió la mano y de qué manera", acotó la madre de Alexa.
Cohen, de 50 años, no lo pensó dos veces cuando supo que Jacqueline, la madre de Alexa, andaba buscando en Tampa un techo para ella y su hija con el propósito de que Alexa pueda seguir el tratamiento que requiere. Cohen sintió el llamado como un acto de corazón.
"Inmediatamente supe que tenía que ayudarlos", dijo Cohen.
Cohen formó parte del Ejército de Estados Unidos y se retiró con honores en el grado de teniente coronel en el 2015 y después de aproximadamente 21 años de servicio ininterrumpido. Su esposo, Thomas Lawrence, sirvió también en las fuerzas armadas durante toda una vida. El matrimonio adoptó en el 2007 a Ana María, ahora de 15 años, en la ciudad colombiana de Medellín. Ana María tenía una lesión cerebral cuando fue adoptada. La joven ha requerido un tratamiento especial y complejo en diferentes clínicas y hospitales del país, uno de ellos fue el Hospital de Niños Shriners de Tampa.
La hija de Cohen está casi recuperada, pero la experiencia que vivió junto con su marido dejó una huella profunda por el compromiso y la calidad del servicio de recibieron en el Shiners. Todo ello, sumado a su sensibilidad y sentir como madre de familia, animaron a Cohen a tener un rol más activo con el propósito de ayudar a familias necesitadas cuyos hijos necesitan seguir rehabilitaciones o tratamientos específicos en el Shiners, como Alexa.
"Con mi hija lo sentimos personalmente", dijo Cohen refiriéndose a la importancia de la solidaridad y el apoyo que uno debe recibir en momentos difíciles. "Ahora sentimos que es una misión y un compromiso que lo hacemos de todo corazón", dijo Cohen.
Agregó que en años recientes ella y su marido han abierto las puertas de su vivienda para ayudar a las familias de niños que son pacientes del Shiners. Todo ello a pesar de que su hija, Ana María, todavía recibe tratamiento el Shiners. Las responsabilidades no son, sin embargo, ningún impedimento para tender la mano a otros.
"Todavia mantenemos las terapias para mi hija, pero ella tiene todo el apoyo que requiere. Y estamos seguros de que Alexa podrá también salir bien. Ana es el ejemplo típico de cómo un niño sale hacia adelante cuando tiene el apoyo necesario", precisó Cohen.
Cohen explicó que su acercamiento como voluntaria del Shiners comenzó apoyando al Departamento de Relaciones Públicas del hospital para ayudar a los niños e informar sobre los servicios a la comunidad hispana.
"Ayudamos a familias que requieren un apoyo local. Ellos (la gente del Shiners) evaluaron y certificaron mi casa para poder ayudar a los niños y sus familias porque hay que asegurarse de que todo está bien", precisó Cohen. "Ahora somos como una familia en el hospital porque hay un grupo de señoras en el Shiners que damos apoyo y vivienda como en el caso de Alexa".
Por eso el llamado es no solo para la comunidad hispana en Tampa y la Florida, todo quien lea este artículo en cualquier parte de Estados Unidos o el mundo, y que esté interesado en colaborar lo puede hacer.
Y para esto se habilitó la cuenta de la Fundación 'Prótesis sin Fronteras', quienes deseen realizar sus aportes lo pueden hacer en el Banco Wells Fargo al número 5172241969 o llamar directamente a la madre de Alexa al teléfono (786) 740-2344.
Por ahora Alexa juega en su silla de ruedas donada por Shriners Hospitals for Children de Tampa, la cual maneja a la perfección gracias a las habilidades motrices que su estado la han llevado a desarrollar, pero ahora el sueño de todos quienes la rodean y el de su mente infantil es solo uno: "Quiero las prótesis para caminar", concluyó Alexa quien pese a la adversidad mantiene una sonrisa dibujada en su rostro.