Por JILL COLVIN, AAMER MADHANI y PABLO MARTINEZ MONSIVAIS Associated Press
CLEVELAND (AP) — Empezó con bastante cortesía. El presidente Trump caminó con firmeza hasta su puesto, y el demócrata Joe Biden saludó con la cabeza a su rival y preguntó “¿Cómo estás, hombre?”.
En 15 minutos, las interrupciones y los momentos en los que hablaban a la vez en el debate presidencial del martes llegaron a un punto en el que Biden estalló con un “¿Te quieres callar?”.
No hubo estrechón de manos al inicio del primer debate de las elecciones de 2020. La cortesía tradicional fue una de varias formalidades abandonadas por la pandemia.
El duelo de 90 minutos se celebró en un espacio improvisado con menos de 100 asistentes debido a las restricciones de seguridad por el coronavirus, en una sala que se utilizó como hospital para pacientes de COVID-19.
Trump mantuvo sus ataques contra Biden y recibió duras réplicas del demócrata, incluyendo una petición de que “te calles un solo minuto” cuando llevaban media hora de debate.
En otros momentos, los dos candidatos rebajaron el tono, aunque retomaron esa agresividad cuando volvieron las interrupciones. Cuando Trump eludía una pregunta sobre los reportes de que pagó apenas 750 dólares en impuestos federales sobre la renta en 2016 y 2017, Biden fue el que interrumpió diciendo: “Muéstranos tus impuestos. Muéstranos tus impuestos”.
La reacción del público equipado con mascarillas no se apreciaba por televisión mientras Trump hablaba a menudo por encima de Biden. No hubo respuesta apreciable cuando el ex vicepresidente llamó al actual presidente “payaso” y le dijo con frustración que siguiera “cotorreando”.
Era imposible olvidar la sombra del coronavirus en el primer debate cara a cara. Las multitudes y el ambiente de espectáculo se quedaron fuera. Las pruebas diagnósticas y las mascarillas ocuparon su lugar.
Trump salió al escenario buscando desafiar a Biden en cada asalto, y el ex vicepresidente no tardó en quedarse sin paciencia.
“Eres el peor presidente que ha tenido jamás Estados Unidos”, dijo Biden.
Tras unos 50 minutos de debate, el moderador Chris Wallace dejó ver su frustración mientras intentaba respetar los turnos e impedir que los rivales hablaran a la vez.
“Caballeros, detesto alzar la voz, pero ¿por qué iba a ser diferente de ustedes dos?”, dijo Wallace.
Trump culpó a Biden, pero Wallace respondió con firmeza: “Francamente, usted ha interrumpido más”.
Los debates presidenciales suelen estar entre las noches más emocionantes de la campaña y atraen a miles de personas entre equipos de campaña, medios e invitados.
Pero este año, como casi todo, las cosas fueron muy distintas, con una larga lista de medidas de precaución aplicadas antes de que lo candidatos salieran al escenario.
En lugar del auditorio habitual, el debate fue auspiciado por la Clínica Cleveland y la Universidad Case Western Reserve en el atrio de 2.500 metros cuadrados (27.000 pies cuadrados) del Pabellón Sheila and Eric Samson, en el campus de Educación de Salud de la clínica. Notre Dame, anfitrión original del debate, retiró su propuesta debido a la pandemia.
El atrio, con su tragaluz en el techo, se adaptó para una sala de debate con un escenario y una alfombra roja. Había unos 100 espectadores, que se sometieron a pruebas de diagnóstico y llevaban mascarillas.
Los equipos de campaña de cada candidato recibieron 20 boletos cada uno para repartir entre sus invitados, indicó el jefe de despacho de la Casa Blanca, Mark Meadows. Entre los invitados de Trump se encontraban su esposa, Melania, y sus cuatro hijos adultos.
Algunos de los invitados de Trump intentaron recibir a la primera dama con una ovación en pie, pero quedó algo deslucida dada la falta de público.
Casi todos los asistentes cumplieron las normas de distanciamiento social y empleo de mascarillas. Una persona llevaba una mascarilla roja brillante con las siglas del lema de Trump “Hagamos Estados Unidos grande de nuevo”, técnicamente una violación de las normas contra material de campaña.
La sala casi vacía sólo agravó el efecto de los ataques de los candidatos, que a menudo se redujo al tono de una disputa escolar.
""El hecho es que todo lo que está diciendo hasta ahora es una vil mentira", dijo un acalorado Biden cuando Trump sugirió que el vicepresidente había robado la candidatura al senador de Vermont Bernie Sanders. “No estoy aquí para señalar sus mentiras. Todo el mundo sabe que es un mentiroso”.
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