TAMPA - A comienzos de enero del 2018 las autoridades llegaron a la conclusión de que la muerte del pequeño Davis Viscuso Jr. se debió a un accidente por ahogamiento cuando cayó en un pozo cercano a la vivienda de su familia. Estaba a solo unos días de cumplir 2 años de edad.
Según el informe policial, el pequeño estaba en casa con dos niñeras pero en un momento dado salió a jugar en los alrededores de la casa con otros niños cuando aparentemente tropezó y ocurrió el fatídico accidente. El padre del niño le había dicho a las autoridades, previamente, que su hijo no sabía nadar, pero que había estado poco antes en la piscina de la casa con dispositivos para flotar.
Un descuido que ocurrió en cuestión de segundos apagó una vida que recién comenzaba a florecer.
¿Se pudo haber hecho algo para prevenir este tipo de accidente y otros que están vinculados con las muertes tempranas de menores por ahogamiento? Las autoridades y los expertos piensan que sí. La clave, añaden, está en la prevención.
Una de esas voces es la de Kelley Parris, directora ejecutiva de The Children's Board, un Junta que fue creada por decisión de los votantes del Condado de Hillsborough en 1988 para canalizar y proporcionar fondos para servicios y apoyo en nombre de los niños. La Junta pone especial énfasis en el cuidado de mujeres embarazadas y niños desde el nacimiento hasta los ocho años de edad.
En el año fiscal 2018 la Junta invirtió al menos $30 millones en más de 90 agencias locales sin fines de lucro para garantizar servicios de atención y apoyo familiar con iniciativas de uso práctico, como clases de natación y programas de concientización para los padres de familia.
El propósito fundamental, dijo Parris, es que los niños puedan llevar una vida saludable, segura y productiva.
Parris añadió que las muertes por ahogamiento de menores de edad se pueden prevenir, siempre y cuando los padres y tutores a cargo del cuidado tomen las medidas de seguridad que corresponden para estos casos.
La preocupación de las autoridades del Condado para diseminar el llamado de atención y sumar esfuerzos de la Junta para frenar la incidencia de las muertes infantiles en nuestra región tienen fundamentos muy sólidos. No obstante la acción debe ser rápida y precisa ya que un punto de quiebre adicional es que los niños pueden ahogarse en tan solo 20 segundos, según los análisis de los expertos familiarizados con el tema.
De acuerdo con estadísticas de la Junta, solo en el 2018 se registraron 14 muertes infantiles por ahogamiento en el condado de Hillsborough, un número que, independientemente de la tragedia y el dolor que arrastra por tratarse de las vidas de niños que requieren de nuestro cuidado y atención, nos debe movilizar para tomar acciones consistentes.
A nivel estatal el Departamento de Niños y Familias (DCF) de Florida advierte todos los años, antes del comienzo de la temporada de verano, sobre los riesgos de ahogamientos de menores, especialmente en las piscinas de las casas, una de las principales causas de muerte de niños de edades entre 1 y 4 años. Las cifras son preocupantes y las emergencias relacionadas con este tipo de accidentes, también lo son: en el 2017, por ejemplo, en Florida se registraron 107 hospitalizaciones debido a ahogamientos (no fatales). La mayoría de los niños internados tenían entre 1 y 4 años de edad, de acuerdo con estadísticas del Departamento de Salud de la Florida.
En el marco de las medidas de seguridad y el monitoreo que todo adulto debe seguir cuando se trata de la atención de niños en los alrededores de las piscinas, el DCF y la directora ejecutiva de la Junta, Parris, insistieron en la importancia de supervisar en todo momento a los menores. El tema es obvio ya que un descuido puede marcar la diferencia.
Así ocurrió con el bebé Brian, de 1 año, quien murió ahogado en la bañera de su casa cuando el padre del menor lo dejó solo y sin supervisión durante unos minutos. Según un informe del Departamento de Niños y Familias de Florida, cuando el padre regresó, halló al bebé bajo el agua. No ha sido la única tragedia que ha conmocionado recientemente a la comunidad. Hace unas semanas uno de los casos más recientes y que tiene a una familia en vilo comprometió la salud de la pequeña Royal Dampier, de 15 meses de edad. La pequeña fue llevada de urgencia al Hospital Mease Dunedin, y luego trasladada posteriormente al Hospital St. Joseph, el 22 de julio, después de que la encontraron flotando en la piscina de la familia, en Clearwater.
Royal tardó menos de tres minutos en atravesar una rendija de la puerta y caminar hacia la piscina, de acuerdo con las autoridades. Los padres creen que estuvo en el agua menos de dos minutos. La niña lleva varias semanas en cuidados intensivos y su recuperación es de pronóstico reservado.
Parris lamentó las circunstancias que acompañana a la mayoría de estos casos y señaló que la Junta alienta y trabaja en el desarrollo de programas de natación y seminarios educativos para adultos que pueden disminuir este tipo de fatalidades.
Para mayores detalles sobre estos programas visite el sitio ChildrensBoard.org
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