'Amistad divino tesoro' es un refrán que repiten a diario, pero del cual pocos conocen el verdadero significado, y que practican los protagonistas de esta columna.
No quería comenzar este escrito con una frase cliché, sencillamente quiero compartir un momento histórico que habría quedado desapercibido si tal vez no hubiese estado una periodista presenciándolo. Me siento honrada de que un grupo de cubanos exiliados me extendiera recientemente la invitación a un encuentro amistoso que realizaron varios de ellos al alcalde saliente de Tampa, Bob Buckhorn.
Esa mañana de marzo en la oficina de juntas de la alcaldía todos le llamaban Bob.
El alcalde los recibió con un cariñoso abrazo, más allá del saludo político que se da en campaña. La sala de juntas con el escudo de la ciudad sería testigo del último encuentro de los héroes cubanos locales con Buckhorn, quien expresó que al final de la visita podrían ir a su oficina donde estaba empacando los tesoros y regalos que le dieron diferentes organizaciones y ciudadanos de a pie durante sus ocho años frente al mando de la ciudad.
El grupo de cubanos que humildemente ha cambiado la historia del exilio local estaba compuesto por el coronel retirado del Ejército estadounidense Orlando Rodríguez ( quien debió haber llegado a ser general, ese podría ser motivo de una columna del periodista Mario Quevedo); Óscar Rodríguez, expresidente de la Casa Cuba de Tampa; Roberto Pizano, ex prisionero político; Rafael Pizano, quien pese a no haber nacido en la isla comunista ha abanderado la causa democrática cubana; Ralph Fernández , abogado de reconocidos casos, entre ellos el de Luis Posada Carriles, considerado terrorista por el régimen cubano; Mario Quevedo, periodista y pionero de medios en español en el área y columnista de CENTRO Tampa y Carrie Quevedo, quien no solo apoya la democracia en Cuba, sino que llegó en su infancia en la operación Pedro Pan, aquella en la que arribaron más de 14,000 mil niños procedentes de Cuba para evitar ser adoctrinados por la ideología comunista.
El motivo de la visita a la alcaldía no era otro que darle una placa a Buckhorn y agradecerle por apoyarlos y nunca haber traicionado su confianza.
La amistad de los cubanos presentes con el alcalde saliente es de décadas, desde que comenzó siendo muy joven su carrera política en el Partido Demócrata. Vale la pena aclarar que un buen porcentaje de cubanos exiliados se inclina más por el Partido Republicano, por supuesto debido a raíces históricas cuando en la invasión a Bahía de Cochinos fueron abandonados por el entonces gobierno estadounidense. La fallida invasión dejó un saldo doloroso para el exilio cubano, según archivos de la Universidad de Washington, al menos tuvieron 119 bajas, entre ahogados o muertos en acción, y 1,183 de los miembros de la brigada fueron capturados, entre ellos Orlando Rodríguez.
Más de la mitad (54%) de cubanos apoyó al presidente electo republicano, en comparación con cerca de la cuarta parte (26%) de los latinos no cubanos, según los datos de las encuestas y estudios publicados por Pew Hispanic Center.
Por eso el apoyo de los cubanos a un político como Buckhorn es algo que solo se da en una ciudad como Tampa.
Pero la amistad ha sido mutua, Buckhorn ha apoyado al exilio en repetidas ocasiones, voló con uno de los pilotos de Hermanos al Rescate, cuando le preguntaron en repetidas ocasiones si apoyaba un consulado cubano en Tampa siempre mantuvo su palabra con este grupo debido a que conoció de cerca su lucha.
Por supuesto ese grupo siempre ha secundado a Buckhorn. En 2011, tras haber llegado previamente tercero en la elección de alcalde de 2003, anunció su intención de postularse nuevamente en la elección de alcalde. No contaba con un presupuesto gigantesco, pero sí con amigos que conocían su trabajo y confiaban inquebrantablemente en él.
Ese 2011, cuando llegaron las primarias Greco fue tercero en la elección, 384 votos detrás de Rose Ferlita, quien perdió en una segunda vuelta ante Buckhorn.
Muchos daban por ganador a Greco, de nuevo, la fiesta celebratoria no se anticipaba en la sede de Buckhorn. Muchos nunca le perdonaron, ni le perdonarán, a Greco el haber visitado a Fidel Castro a hurtadillas.
Ese martes de primarias rápidamente Quevedo fue a la estación de bomberos de West Tampa y con la ayuda de Carrie, su esposa, Roberto Pizano y varios exiliados colectaron para que los bomberos prepararan un espagueti con albóndigas. El espagueti de la victoria. O como diría Quevedo: 'Eso fue al duro y sin guantes'.
Quevedo recordó que Carrie le dijo: 'Veo esto bien difícil Mayito, la ciudad esta llena de carteles que dicen Greco'.
"Sí, pero recuerda que los carteles no votan", respondió Quevedo.
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La placa le fue entregada a Buckhorn. El alcalde saliente nos invitó a su oficina y nos mostró uno de sus tesoros, un cuadro firmado, ocho años atrás, por algunos de los cubanos exiliados que continúan buscando la libertad de la isla y por algunos que se fueron, pero dejaron huella indeleble como la dejó Buckhorn en una ciudad que se transformó en estos ocho años.
"Esta placa reconoce a un líder y campeón que nunca olvida a sus amigos y que promueve el respeto a los derechos humanos en su ciudad mas allá de sus límites y que no da marcha atrás a pesar del criticismo o adversidad cuando defiende una causa justa. … Un hombre con visión de construir una ciudad sin muros ", reza la placa.
Myriam Silva-Warren es periodista colombiana y editora de CENTRO Tampa. Para contactarla mwarren@tampabay.com
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