Me mudé a Estados Unidos antes de que CENTRO naciera. Viví inicialmente en Miami. Luego llegué a Tampa en septiembre de 2004. Para entonces escribía para la Revista Diners de Colombia. Viajaba a Miami para realizar reportajes y escribía especiales.
En 2005 cuando CENTRO surgió, envié mi hoja de vida. Recuerdo que nunca recibí ni una llamada. Igual mi espíritu periodístico y mi pasión por contar historias estaban intactas. Tras hablar con varios periódicos locales desestimé la idea de trabajar en periodismo en Tampa, en el “pueblo de Tampa” como le llamaban algunos.
Los "editores" de esas publicaciones locales querían que uno escribiera gratis o vendiera publicidad si quería escribir. No iba a hacerlo. Ya había ejercido el periodismo desde que estaba en la universidad y no iba a echar por la borda los años de experiencia que había adquirido.

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Recibiendo un premio de Liderazgo en medios de Tampa Hispanic Heritage.
Un día a principios del 2008 me llamaron de una publicación en Orlando y querían que fuera corresponsal especial. Tengo que confesar que no tenía ni idea cuánto podría cobrar en este país de oportunidades por algo así. Decidí llamar a CENTRO, el único medio decente y profesional en español en el área de la Bahía de Tampa. Eran como las 7:30 p.m. y me contestó un hombre con acento cubano a quien le pregunté: “Soy periodista, no estoy pidiendo puesto, pero ¿podría decirme cuánto le paga usted a un corresponsal por artículo con fotos?".
El hombre al otro lado de la línea telefónica me respondió: “Depende”. Yo en tono más serio y fuerte le repetí: “Sí, por un artículo con fotos. No tengo idea de cuánto uno puede cobrar en este país”, enfaticé. “No lo estoy llamando para pedir puesto porque mi hoja de vida ya la tienen ustedes”.
Tras sonreír el hombre me preguntó mi nombre, me informó el monto de lo que pagaban por artículo y me sugirió llevarle directamente la hoja de vida. Él nunca había oído hablar de mí. Por supuesto, nunca le habían entregado mi hoja de vida tres años antes. El hombre al otro lado de la línea era el editor Manuel Ballagas. Al colgar sentí un poco de vergüenza, pero a la vez pensé: “No pierdo nada”.
Al encontrarme con Manuel sentí de inmediato que uno tiene un destino definido, que estaba regresando a mi elemento. Hablamos sobre periodistas que conocíamos en común en Colombia, y luego de una entrevista con el gerente general y conversar con el entonces copy-editor acerca de fútbol me ofrecieron una posición como reportera. Renuncié a un trabajo que estaba realizando con el gobierno y me dejé envolver de nuevo en las redes del periodismo.
Manuel me aterraba, en el buen sentido de la palabra, su dedicación y concentración eran admirables. Él siempre tenía una lata de Coca-Cola en la mano y, sin falta, nos ofrecía café cubano ‘coladito por él mismo’ a las 3 p.m.. El equipo de trabajo era armonioso. Trabajé con Daysi Danker como reportera y Gonzalo Páez, el copy-editor, quien escribía también.
Aunque a Manuel lo tuve solo un año como editor, me dejó muchas lecciones. Me enseñó el rigor del periodismo investigativo en Estados Unidos. Sí, CENTRO tenía sus buenas investigaciones. Algunos nos detestaban. Eso significaba que estábamos haciendo bien nuestro trabajo. Me llena de orgullo haber desenmascarado varios hispanos que se aventajaban de otros hispanos, para dar solo algunos ejemplos: los negocios turbios de la entonces Cámara de Comercio Hispana; el caso de la agencia de viajes Macarena Travel que le quedó debiendo a muchos ciudadanos el monto de boletos aéreos y envíos que nunca llegaron a su destino. Dicen que aún lo hacen, no sé por qué todos los afectados no se unieron para entablar una demanda colectiva. Cosas del “pueblo de Tampa”. También expusimos a través de una investigación sobre fraudulentos negocios de finca raíz a una empresaria que robaba el dinero de los que la empleaban. Tampoco dejo de lado el negocio de la publicación “El Parcero”, donde los dueños se quedaron con el dinero de los anunciantes, cerraron sus puertas y crearon un premio donde los ganadores pagaban. Desaparecieron con el dinero y nunca respondieron. La supuesta hija del dueño les informó a los estafados que su padre había fallecido. He recibido varias llamadas diciendo que el señor está vivo. ¡Qué horror!

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Ha pasado más de una década. En 2015 se me presentó la oportunidad de tomar el timón del barco y me nombraron editora del periódico. Acepté con la condición de seguir escribiendo. La compañía aceptó.
Ahora estoy preparando otro trabajo investigativo de una falsa abogada que ha estafado a decenas de personas. Pronto CENTRO Tampa les estará dando la primicia.
Igualmente me siento orgullosa de haber hecho entrevistas que ni algunos periódicos grandes han logrado. En CENTRO Tampa entrevisté a Fernando Botero, Carlos Santana, Cesar Millán, Andy García, Marco Rubio, Rick Scott y Rita Moreno, entre otros. Y pronto leerán en nuestras páginas una entrevista a John Leguizamo, siempre hemos apuntado a lo grande. Y si Dios, los lectores y los anunciantes continúan apoyando este periódico, seguiremos.
Recuerden que el mejor perfume del mundo viene en envase pequeño y lo digo solo por nuestro formato.