Por Hernán Lugo-Galicia
Especial para CENTRO Tampa
El sueño más anhelado de Sagly González Cusimano era tener una vida “propia”.
Lejos de sus padres, en su apartamento y un carro que la llevara al trabajo, a las fiestas o al centro comercial.
El plan lo inició hace dos años y, a juzgar por su rostro, por 14 meses lucía feliz de su logro.
La desdicha llegó en 2022 cuando perdió el poder adquisitivo. No pudo pagar la renta. Se atrasó con la cuota del carro, al extremo que estuvo a punto de perderlo. Al final, regresó a la casa de sus progenitores.
Como ella, madre soltera de 27 años, cientos de jóvenes en Tampa son víctimas de las malas decisiones políticas y económicas, adoptadas en Estados Unidos y exacerbadas por la crisis mundial.
Más pobres
La inflación, calculada en 9,1% en junio y que se traduce en el alza de los alquileres, alimentos y bienes servicios, obliga a los tampeños a redoblar en los trabajos. Y sin embargo, es insuficiente, como le pasó a González, que labora desde su casa en las mañanas, y en la tarde, atiende un restaurante de comida mexicano.
“La inflación es el crimen que los gobiernos y los políticos cometen contra los ciudadanos porque se acaba el poder adquisitivo”, afirmó Mercedes Bello, politóloga, ex profesora de George University y del Instituto Monterey, en Estados Unidos, y ex asesora de campaña en más de 30 países latinoamericanos y del Norte.
Un crimen porque acaba con la libertad individual, la estabilidad de las familias y puede aumentar los niveles de inseguridad.
Bello lamenta que los americanos sean más pobres: “Hoy se perdió 8% del ingreso. Si una persona gana 2,000 dólares le faltan 450 dólares para adquirir sus bienes o comida. Eso significa que debe buscar hasta un tercer trabajo, disminuir algunos servicios o mudarse a un sitio más pequeño o con otras personas. Eso es un retroceso social e implica un riesgo muy triste: Que la sociedad sea controlada por el ingreso que tiene, bien porque los gobiernos se aprovechen de esa situación para obligarlos a votar por sus candidatos, a cambio de prebendas o programas sociales; porque no tendrán acceso a universidades”.
La situación descrita ocurre en países latinoamericanos, como Venezuela, Bolivia, Brasil, entre otros, por lo que la consultora insta a las fracciones de demócratas y republicanos a evitar que EEUU caiga en un espiral inflacionario que socave la libertad individual, la independencia financiera.
Estados Unidos encabeza la lista de naciones más ricas, con un PIB superior a los 20,000 billones de dólares. En 2020, fue de $20,900 billones; en 2021, subió a $22,939 billones; y se calcula que en 2022, cierre en $24,745 billones, según cifras del Banco Mundial. Ocupa el puesto 8, entre 196 países, con mejor PIB (Producto Interno Bruto), que se refleja en la calidad de vida de sus habitantes, por lo que la experta lanza una advertencia.
“La pérdida del poder adquisitivo ataca la dignidad del individuo, ésta última, una de las premisas universales que enaltecen al capitalismo. Hay que exhortarlos a revertir la situación actual. No es un problema de los partidos; es un problema de todo EEUU, pero pasa por decisiones políticas en la Casa Blanca y en el Congreso. No es con cortina de humo, como son los debates sobre las armas y el aborto, con que se resuelve este problema, sino con producción, con generación de riqueza”, exhorta Bello.
Causas exógenas
En respuesta a este problema, la Reserva Federal aumentó las tasas de interés en junio, como una forma de disminuir la demanda; desistió de otorgar ayudas económicas. En 2021, la subvención a familias fue de 5 mil billones de dólares, a consecuencia de la pandemia por el Coronavirus, que generó un repunte en los precios de los bienes. La invasión a Ucrania, por parte de Rusia, incide en la inflación, debido al impacto en el mercado petrolero.
El economista y empresario Federico Alves señaló que, a diferencia de los gobiernos de América Latina, la inflación en EEUU no es causada, netamente, por la emisión de dinero inorgánico o no productivo, ya que la administración federal puede aumentar el gasto interno porque el mercado tiene la capacidad de producir bienes y que éstos sean demandados.
“La inflación ocurre por dos hechos: Uno, el uso de la energía, como el petróleo, para la distribución de los productos. Eso incide en la compra de una pasta dental, de un bistec, ya que son trasladados en camiones desde el centro de producción al consumidor. Y el segundo, es la dislocación energética que produjo la invasión rusa a Ucrania. Los precios del barril aumentaron y EEUU no está en capacidad de suplir el mercado europeo, que cometió el error de depender del petróleo ruso, y debió hacer uso de sus reservas para atender el mercado interno. Luego, el gobierno de Joe Biden aumentó las tasas de interés para ralentizar o ‘enfriar’ la economía y, desde el punto de vista teórico, bajar el empleo y así la demanda”, explicó.
Al final, las decisiones políticas, las terminan pagando los ciudadanos. “Todo está caro en Tampa”, se queja González.
Alí Medina, un constructor, se lamenta cada vez que llena el tanque de su camión porque, si bien entre 2020 y 2021, lo hacía con menos de 60 dólares, ahora tiene que pagar casi 200 dólares, de manera semanal.
González aprendió la lección, a pesar de que perdió libertad y no concretó sus planes. En lugar de paralizarse, aprovecha que está con su familia, y resolvió ahorrar para crear un fondo de emergencias o un “pote” para el próximo proyecto en mente.
Hernán Lugo Galicia es periodista venezolano exiliado en Estados unidos. Puede escribirle a hlugogalicia@gmail.com