AMPA — Eliécer Ávila tomó un megáfono y le preguntó a la multitud en el centro de Tampa si iban a permitir lo que describió como “intentos de penetración comunista”.
"¡No!" gritaron los manifestantes.
“¡Viva Cuba Libre!”, gritó una voz.
Decenas de cubanos y personas de otras nacionalidades se dieron cita el 1 de abril en Lykes Gaslight Park, ubicado en 241 E Madison St., para criticar la reciente visita de la embajadora cubana Lianys Torres Rivera. Torres se reunió con funcionarios comerciales y políticos locales en un restaurante local hace cuatro semanas.
“¿Es posible que esta gente venga a Tampa tranquilamente a difundir sus ideas?”, preguntó un manifestante durante la protesta, refiriéndose a la visita de Torres.
“No más”, respondió la multitud.
Los manifestantes corearon consignas contra el régimen de la Habana y caminaron hasta el Ayuntamiento de Tampa. La manifestación fue organizada por Ávila, un influencer y activista de YouTube que vino desde Miami para apoyar al exilio local.
Entre los manifestantes estaba Alejandra Machado, de 21 años, quien manejó desde St. Petersburg para apoyar la manifestación con dos amigos de la universidad, cada uno envuelto en una bandera cubana.
Ella gritó: “Patria y vida’”, el nombre de una canción de hip-hop de músicos cubanos en el exilio que se ha convertido en la banda sonora del movimiento de liberación cubano.
El activista Dariel Fernández dijo que la manifestación fue una oportunidad para que todos aprendan más sobre el impacto negativo del comunismo.
“Nos unimos contra la dictadura comunista y hacemos oír nuestra voz contra quienes apoyan este régimen socialista cubano asesino”, dijo Fernández.
Daniel Llorente, de 59 años, exprisionero político en Cuba, dijo que está harto del régimen cubano. En 2017, Llorente irrumpió en la Plaza de la Revolución en la Habana ondeando una bandera estadounidense y gritando "¡Libertad!" durante una celebración de la revolución comunista. Se hizo conocido como el "hombre de la bandera".
“Este es un movimiento que sigue creciendo”, dijo Llorente. “No vamos a parar”.
Susana Ceruelo, de 53 años, madre de dos hijos de Tampa, vino a la protesta para decir que no hay espacio para las personas que representan al régimen de Castro. Ceruelo marchó con una bandera cubana y una camiseta que decía: “Patria”.
“No vamos a dejar que esta gente camine libremente por nuestras calles”, dijo ella.
Rigoberto Rodríguez, de 37 años, un electricista que vino de Cuba hace siete años, dijo que sueña con ver la isla y su gente viviendo sin miedo. Pero también quiere encontrar justicia.
“Esta gente (las autoridades cubanas) ha hecho mucho daño a nuestro pueblo”, dijo él. “Tienen que responder”.
Rafael Vila, de 70 años, sostenía un cartel en la mediana frente al parque. Vila, dueño de un negocio, vino de Cuba hace 44 años.
“Ahora estoy aquí para apoyar a mi gente”, dijo Vila.
Las autoridades cubanas, dijo, encerraron a uno de sus nietos, Chadrian, un estudiante de 21 años, por participar en las protestas del 11 de julio del 2021 en la isla cuando miles de cubanos salieron espontáneamente a las calles a protestar.
“Necesitamos justicia para todos los que sufrieron persecución”, dijo Vila mientras decenas de manifestantes se reunían alrededor de él y su esposa, Elvia, de 59 años.
“No es la primera, ni será la última vez que nos unimos para defender nuestros derechos y nuestra libertad”, dijo Vila.