TAMPA – La vida del sargento retirado Joel Tavera ha transitado por caminos difíciles. El más duro ocurrió en Irak, el 12 de marzo del 2008, cuando el vehículo militar que lo transportaba fue atacado con cohetes durante una sangrienta emboscada. Tenía 19 años.
Los únicos sobrevivientes del atentado fueron dos soldados de un grupo de cinco. Uno de ellos fue Joel. Su caso tocó las fibras de la opinión pública y privada por el terrible daño físico que le infligió el atentado.
Joel quedó ciego, terminó con un severo trauma cerebral, resultó con quemaduras en más del 60 por ciento de su cuerpo, y perdió parte de la pierna derecha y cuatro dedos de la mano izquierda. Los médicos no le daban muchas esperanzas de vida. Pero el milagro ocurrió, aunque su recuperación fue lenta y dolorosa: Joel debió someterse a más de un centenar de cirugías reconstructivas y seguir diariamente una terapia para caminar e incluso aprender nuevamente a hablar. Cuando Joel estuvo fuera de peligro, quedó como el segundo soldado del Ejército más herido que logró sobrevivir desde que comenzó la guerra en Irak, a mediados de la década del 2000.
Hace unas semanas, Tavera, ahora de 30 años, volvió a ser noticia cuando se graduó con honores en Historia y recibió su título académico de la prestigiosa Universidad de Tampa. El hecho de finalizar sus estudios universitarios fue una nueva victoria personalpara un joven que jamás supo darse por vencido.
"Fue un poco complicado, pero me siento muy contento por todas las dificultades que se lograron superar. Es una alegría haber hecho esto", dijo Joel a CENTRO Tampa en una entrevista realizada en su hogar de Tampa.
Sus estudios los realizó con programas especiales de computadora que reconocen su voz y materiales especiales en la biblioteca de la universidad. Joel dijo que alcanzar este logro fue la brújula que lo animó durante los últimos tres años.
"Estaba muy motivado y enfocado en conseguirlo", precisó Joel. "Fue muy interesante hacerlo".
Joel vive con sus padres, los dominicanos José y Maritza, en una casa de dos pisos que le fue donada hace siete años por la organización de ayuda comunitaria para ex veteranos de guerra Building Homes for Heroes. Joel es hijo único. Sus padres ya estaban pensando en una jubilación sin apuros en Carolina del Norte cuando la situación inesperada de su hijo les exigió cambiar de planes y dedicarse a tiempo completo a su cuidado y atención.
José, el padre de Joel, es un veterano de la Operación Libertad Iraquí. Orgulloso como padre de un joven que es visto como héroe, dijo que Joel trabajó fuerte para superar su estado de salud, obtener un título universitario y ser cada día más independiente.
"Él es imparable y muy buen hijo", señaló José. "Nunca se ha dado por vencido".
Esa tónica fue quizá la que ayudó a Joel para que sobreviviese al rigor de sus heridas. Los médicos no creían que iba a resistir cuando lo trajeron desde Alemania hacia San Antonio (Texas) para que fuera tratado en un hospital militar, recordó José.
"Pero él salió adelante y, como lo ves, cada día está mejor. Hasta se ha ido de cacería", recordó el padre.
Efectivamente. Poco antes de la ceremonia de graduación en la Universidad de Tampa, a mediados de diciembre, Joel y un grupo de amigos se fueron de cacería a África en un tour que se prolongó 10 días. Todos pensaban que Joel volvería muy cansado del viaje, pero retomó sus actividades como si nada hubiese ocurrido.
"Joel siempre ha sido muy empeñoso", dijo Maritza, la madre de Joel, con la voz salpicada por la satisfacción. "Él es nuestro único hijo, así que cuando le pasó todo esto no lo pensamos mucho. Nuestros planes cambiaron porque Dios lo quiso así. Y hasta ahorita estamos acá, porque Joel es un buen hombre, aunque siempre le gustó la adrenalina. Pero yo siempre confié en Dios, y en que lo iba a salvar".
En su momento más crítico y delicado, Joel llegó a pesar menos de 130 libras. Su madre, incluso, recordó que podía cargarlo en sus brazos.
"Después fue recuperándose, pero nunca dejó de perder su espíritu de aventura. Incluso hasta se fue a Wyoming hace poco y cazó un búfalo. ¿Qué no ha hecho Joel?", dijo Maritza.
La madre de Joel añadió que la experiencia de vida de su hijo y la noticia de su graduación en la Universidad de Tampa ha motivado a más gente a luchar por sus sueños.
"Lo llaman mucho y de todas partes para que dé su testimonio y les hable a los jóvenes. No es porque sea mi hijo, pero creo que es una inspiración, porque siempre lo veo con una sonrisa y fuerza únicas. Es un testimonio para todos nosotros", agregó la madre de Joel.
Antes de sumarse a las fuerzas militares, Joel recordó lo que hacía en sus horas libres y tiempo de vacaciones para ilustrar las motivaciones que lo alimentan como adulto. En su lista de logros se convirtió en un miembro activo de la hermandad de bomberos voluntarios, colaboró en la parroquia de su vecindario cuando vivía en Carolina del Norte y sirvió en diferentes actividades comunitarias durante más de dos años antes de seguir los pasos de su padre en el ámbito militar. El padre de Joel sirvió en el Cuerpo de la Marina de Estados Unidos.
Joel es amiguero y conversador, pero cuida mucho su privacidad. Tiene su propia habitación y un estudio personal que utiliza como oficina. Allí -rodeado de fotos, libros y algunos de sus trofeos de cacería- estudia e intercambia correos con los amigos más cercanos.
En esta oficina Joel pasó también muchas horas estudiando para dar sus exámenes finales de Historia en el 2018. Tres años antes, Joel se despidió de las fuerzas militares en el marco de una ceremonia de honor que contó con la asistencia de aproximadamente 200 personas entre amigos, familiares y autoridades de gobierno.
Por su entrega, dedicación y heroísmo, Joel recibió la Estrella de Bronce y el Corazón Púrpura, así como una carta escrita por el entonces mandatario Barack Obama en reconocimiento a su servicio y entrega en defensa del país.
"Después decidí estudiar a tiempo completo en la casa y en la biblioteca de la universidad para completar mis estudios", indicó Joel. "Eran cinco días a la semana".
Finalizado el capítulo de la universidad, Joel evalúa nuevos planes de acción, como tentar la posiblidad de mudarse a un nuevo estado para estudiar su maestría, viajar por el mundo cuando el tiempo se lo permita, irse de cacería con los amigos, trabajar en su especialidad y casarse en el corto plazo con su novia Holly, quien es miembro de la Fuerza Aérea y apoya a Joel en todos sus proyectos de vida.
"Tenemos planes, claro que sí", dijo Joel con una sonrisa pícara en el rostro. "Holly es muy inteligente y cariñosa. Estamos muy contentos de tenernos uno al otro".
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