TAMPA - Karen Pérez tiene una forma sencilla y directa a la hora de hacer escuchar sus ideas. Pero es también una feroz defensora cuando se trata de poner sobre la mesa diferentes fórmulas de solución para implementar y mejorar el sistema educativo en el Condado de Hillsborough.
"Quiero dar lo mejor de mí. Primero porque la gente me eligió con respeto y segundo porque confiaron en mi experiencia para conducir los asuntos que afectan a nuestros estudiantes", dijo Pérez en una entrevista con CENTRO Tampa. "No los puedo defraudar".
Pérez, de 55 años, es la primera mujer de raíces puertorriqueñas en ser elegida para integrar la Junta Escolar del Condado de Hillsborough en un momento especialmente delicado y complejo en el corto y mediano plazo. Llegó en reemplazo de April Griffin. En su carrera hacia el puesto por el Distrito 6 ganó en segunda vuelta a Henry "Shake" Washington.
Los retos que encara la Junta tienen un común denominador (la mejora del sistema de educación pública) pero, al mismo tiempo, pueden actuar como detonadores de una crisis. El crecimiento constante de la población estudiantil, la necesidad de atraer más y mejores profesores calificados, la obligación de implementar salarios más atractivos y dotar de asistencia profesional a los alumnos con carencias académicas y problemas que podrían afectar su estabilidad emocional, están en la lista de sus prioridades. Puntos de interés que Pérez está decidida a debatir en la agenda de trabajo para hallar una solución inmediata, explicó Pérez.
"Vemos que hay una crisis que afecta la estabilidad emocional (salud mental) de una porción de nuestra población estudiantil. Por eso una de las cosas más importantes que estamos abordando ahora es la solución de estos problemas", dijo Pérez. "Muchos de nuestros niños encaran problemas y nosotros debemos estar allí para ayudarlos y darles toda la asistencia que requieren".
Pérez conoce en base a la experiencia y el trabajo cercano con niños y jóvenes el impacto de un ambiente escolar con deficiencias mayúsculas. Precisamente fue ese vacío lo que hizo que sus padres la retirasen de una escuela pública en Nueva York para trasladarla a una escuela de Tampa junto con su hermana menor. El cambio hizo un efecto positivo e inmediato.
"Nosotras nos criamos en Brooklyn y al llegar aquí era todo nuevo", recordó Pérez. "Pero nos gustó mucho el cambio e hicimos de esta ciudad nuestra casa".
En Tampa, Pérez se graduó en la Escuela Secundaria King en 1981 y posteriormente se especializó a nivel profesional como trabajadora social con prácticas en Northside Mental Health, Hillsborough Kids y el hospital de veteranos James A. Haley. Ese recorrido reforzó su experiencia en el plano de la salud mental, una preocupación que ahora quiere llevar de manera oportuna al sistema educativo por medio de la implementación de más psicólogos, consejeros y trabajadores sociales.
"Tenemos 240 escuelas en el Condado y lo que falta es apoyo, porque cuando una crisis pasa, la ayuda es solo momentánea", indicó Pérez. "Desafortunadamente hemos visto situaciones, como los tiroteos en las escuelas, en las que el problema queda ahí y asistimos tarde en el proceso de consejería a nuestros estudiantes. Tenemos que asistirlos inmediatamente y no esperar".
Agregó que este mensaje lo llevó personalmente a la capital floridana en un intento por querer transmitir sus preocupaciones a las más altas esferas de la Legislatura estatal para conseguir más fondos de ayuda.
"Lo hice porque creo que es importante educar a los legisladores sobre el tema y la situación de nuestro sistema educativo", aseveró Pérez. "Ellos estaban sorprendidos de lo que escucharon porque no hay mucha idea de lo que está pasando con nuestros niños y menos sobre lo delicado que puede ser el estado de salud mental de muchos jóvenes que están expuestos a diversas situaciones de violencia o bullying. Cuando un niño está mal equipado para su vida, se le nota en el comportamiento".
La preocupación de Pérez, quien es madre de tres hijos y abuela de ocho nietos, en temas de orden que involucran la toma de decisiones a nivel gubernamental y político, no es reciente. En el 2006 intentó ocupar un escaño demócrata en la Cámara de Representantes. Ganó la primaria con más del 62 por ciento de respaldo, pero en la votación general perdió fuerza en las urnas por un margen de aproximadamente 3,000 votos.
Sin embargo, su interés por la política no se esfumó. Menos aún su cruzada por mejorar el sistema educativo condal.
"Con los traumas que suceden hoy en día con los niños, los padres querían una voz profesional en la Junta Escolar que sepa cómo dirigir los asuntos. En 17 años he trabajado con niños en práctica privada, pero lamentablemente he visto a muchos de esos niños ir de una escuela a una prisión porque no son asistidos a tiempo y porque demuestran un comportamiento que no está en el marco de la política de tolerancia cero de la policía. Y después caen en el sistema judicial. Eso debemos evitarlo".
Pérez sostuvo que con el aumento del impuesto a las ventas apoyado por los electores en las urnas se han hecho avances en la mejora de la infraestructura de algunas escuelas. No obstante, explicó que se necesitan más fondos para seguir avanzando en otros proyectos e incentivar el arribo de más profesores y dinamizar el trabajo entre los sistemas públicos de educación y las escuelas chárter. La motivación, como su estilo de vida, es sencillo y directo:
"El niño viene a la escuela y muchos lo hacen por el día completo. Por eso nosotros tenemos que hacer un trabajo ejemplar con ellos", afirmó Pérez.
Sobre el trabajo y apoyo mutuo entre las escuelas chárteres y las escuelas públicas dijo que se hace necesario la implementación de ciertas correcciones en el proceso. En ese sentido aclaró que la asistencia a los niños depende del enfoque y la efectividad de que los recursos de asistencia vayan al encuentro de las necesidades de los alumnos menos favorecidos.
"Entiendo que los charters nos asisten con los estudiantes que requieren más ayuda que la escuela pública no puede proveer", afirmó Pérez. "El problema es que muchos de estos charters, que son 50 en el Condado, se ocupan de los estudiantes que están rindiendo bien, es decir, que no tienen carencias académicas. Pero nos deja también con una población que necesita mayor atención. Esto no está supuesto a establecerse de esa forma. Eso debe ser corregido".
Sobre la posibilidad de que algunos recortes estén afectando al personal hispano encargado del dictado de clases de nivelación para el aprendizaje del inglés (ESOL) Pérez dijo desconocer el alcance de esta situación.
"En todo eso no está bien", sostuvo Pérez, quien lleva cinco meses en un cargo que se prolongará por los siguientes cuatro años. "Yo soy la única voz latina en la Junta y creo en la igualdad. Pero también creo que, tener estudiantes y maestros bilingües, representa una gran ventaja y un recurso adicional".
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