TAMPA - Antonia Abarca es madre de cuatro hijos. Nació en el estado mexicano de Michoacán y emigró con su familia para trabajar en la cosecha. Nunca tuvo la oportunidad de ir a la universidad, pero ahora desea que al menos su hija mayor lo intente y se abra paso en el mundo.
"Sería muy bonito que pueda hacerlo", dijo Abarca. "Con sus estudios puede tener un mejor futuro".
Abarca visitó recientemente la Universidad del Sur de la Florida junto con otras madres hispanas y migrantes de Wimauma. El propósito fue entender los mecanismos y trámites que son parte del proceso de admisión a la USF para estudiantes latinos.
La jornada está vinculada a un esfuerzo de mayor envergadura y de alcance nacional de la organización Mexican American Legal Defense and Educational Fund (MALDEF) llamado National Parent School Partnership Program. Esta iniciativa tiene como objetivo familiarizar a los padres con el engranaje educativo del sistema escolar y universitario estadounidense.
El programa consiste en 12 sesiones, cada una con un nivel de aprendizaje y contenido únicos que detallan y analizan el funcionamiento de las redes educativas en todo su contexto. Así, en la primera sesión introductoria, se destacó la importancia de la participación de los tutores o padres de familia en los logros del estudiante. La idea es que manejen abiertamente todos los aspectos de un entendimiento global del sistema educativo, al tiempo de que los padres asuman un rol activo y de liderazgo en la educación de sus hijos pasando por la identificación de las oportunidades que ello implica, como el conocimiento de los mecanismos para obtener becas y ayuda financiera de primera mano.
En ese terreno de acción el grupo de padres de Wimauma fue recibido por los consejeros de la USF, quienes explicaron cómo funciona el sistema y cuáles son sus objetivos.
Ruby Luis, del Programa Universitario de Asistencia para Estudiantes Migrantes, fue una de las autoridades de USF que habló acerca de los alcances y beneficios a los que pueden acceder los alumnos desde su primer año de estudios. Luis respondió también las preguntas de los asistentes y las dudas que afloraron sobre el proceso de admisión, las becas disponibles y otras estrategias de acción que pudiesen facilitarle al joven su camino en la universidad. En la presentación participaron tres alumnos hispanos de USF, quienes compartieron sus experiencias y expectativas.
"Todo es cuestión del conocimiento y las herramientas que puedan tener sobre el funcionamiento de nuestro sistema", dijo Luis, "Queremos que sus hijos puedan estudiar, obtener una carrera y mejorar el estado de la familia".
Los padres de Luis llegaron desde México y se establecieron para trabajar en el campo a cuatro horas de camino al centro de Tampa. Luis trabaja hace nueve años en el programa de acercamiento universitario y conoce a fondo los retos que las familias inmigrantes pueden encontrar cuando uno de sus hijos está listo para dar un nuevo paso en la vida.
"Nosotros tenemos estudiantes de todas partes. Pero es importante que sepan que los alumnos de USF tienen mucho apoyo y que ustedes, como padres, tienen el derecho de aprender cómo funciona la universidad. Muchas veces los papás parece que no tienen preguntas porque sencillamente no saben qué preguntas deben hacer. Por eso siempre digo que nosotros estamos aquí para decirles que hay oportunidades, como las tuve yo".
Luis es la primera generación de su familia, de origen mexicano y dedicada a la cosecha, que pudo seguir una carrera universitaria.
"Fui la primera, sí, pero como yo hay muchas personas que podemos ayudar a los que nos siguen", comentó Luis. "Así que no tiene nada de malo preguntar y conocer cómo funciona todo esto".
En la reunión tampoco faltaron los comentarios de algunas jóvenes e hijas de familias migrantes que están listas para ingresar a la universidad. Una de ellas fue Krystal Camacho, de 17 años.
"Es importante conocer esta universidad porque sé que es una de las mejores", dijo Camacho. "No lo pensé dos veces cuando me invitaron a visitarla. Nunca había estado aquí y estoy impresionada con lo grande que es".
Su madre, Rita Orendain, estaba feliz con la oportunidad de caminar por los pasillos universitarios y las áreas verdes que rodean los salones de clase.
"Mi hija quiere estudiar y por eso le interesó conocer la universidad personalmente. Creo que sería una gran logro para la familia porque ninguno de nosotros, de mi familia, fue a la universidad", dijo Orendain, originaria de Jalisco.
Aracely Nañez, madre de tres hijos de 14, 12 y 9 años de edad, dijo que nunca es tarde para aprender y ser mejor en la vida.
"Estoy emocionada porque podemos saber cómo nuestros hijos pueden tener oportunidades de ayuda financiera y becas", indicó Nañez. "Ellos son el futuro".