TAMPA - El peruano Jorge Luis Quevedo llegó a Tampa hace tres décadas. En el transcurso de todos esos años contrajo matrimonio, tuvo dos hijos y, finalmente, en uno de los momentos más esperados de su vida, se naturalizó estadounidense junto con su esposa Isabel.
Todo ocurrió en una jornada especial que reunió a más de 50 parejas y familias de aproximadamente 20 países en una ceremonia realizada en la sede del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS, por sus siglas en inglés), en Tampa. El momento coincidió con la celebración del Día de San Valentín.
"Me siento muy contento", dijo Quevedo, de 52 años. "Creo que hemos cerrado un ciclo y estamos empezando uno nuevo porque han sido 30 años de alegrías, sufrimientos, risas y tristezas. Esto tenemos que festejarlo".
Quevedo llegó a inicios de la década de los noventa en medio de una crisis desatada por el grupo terrorista Sendero Luminoso que afectó la economía nacional del país andino y desestabilizó la seguridad interna. Decenas de miles de peruanos tuvieron que abandonar el país en busca de nuevas oportunidades para ellos y sus familias.
Esa misma búsqueda de metas y deseos de superación fueron las motivaciones que alentaron a los esposos cubanos Evangelista Montero, de 73 años, y Julio García, también de 73, para abrirse camino en Tampa y juramentar lealtad al país que les abrió las puertas después de 15 años de haberse establecido en el área de la Bahía. El matrimonio es natural de la ciudad de Santa Clara, en la región central de Cuba.
"Me siento como que nos hubiésemos sacado la lotería", dijo García en medio de la emoción y algarabía de amigos y familiares. "Desde que llegamos siempre quisimos hacernos ciudadanos porque nos gusta y respetamos mucho a este país cómo no tienes idea".
García agregó que el camino a la ciudadanía no fue una tarea sencilla. Junto con su esposa Evangelista tuvieron que aprender historia republicana, tomar nota de los hechos que marcaron el camino hacia la independencia nacional y conocer en detalle a las figuras públicas y privadas que hicieron posible el establecimiento de la democracia y los valores de libertad e independencia de ideas.
Montero consideró que la suma de todos estos derechos y obligaciones que asumen como ciudadanos estadounidenses son 'una gran ventaja y un honor' que otros países no tienen debido a la imposición de regímenes que ignoran la voz del pueblo o dictaduras que desestiman cualquier oportunidad en la toma de decisiones.
"Por eso y más hay que darle gracias a este país por todo lo que nos ofrece", sostuvo Montero.
En la ceremonia de juramentación participaron familias que decidieron cambiar el rumbo de sus vidas y buscar oportunidades lejos de conflictos armados y enfrentamientos de poder, como los Salih, una familia de origen iraquí que pudo celebrar a lo grande la naturalización de dos de sus integrantes más jóvenes: Zubaidah, de 25 años, y Zia, de 28. Ambos afirmaron que estudiaron a conciencia para no tener ningún problema en el momento del examen y la entrevista personal de rigor.
Los Salih celebraron el momento de la naturalización después de casi dos décadas de residencia en Tampa con la energía y la emoción de saber que están empezando un nuevo capítulo en sus vidas.
"Toda la familia está con nosotros y estamos muy contentos de saber que somos ciudadanos", comentó Zia. "Es un orgullo indescriptible".
La algarabía se hizo notar en la sede del USCIS ya que los Salih llegaron con pancartas, globos y arreglos florales.
"Es una fiesta histórica para nosotros. Somos ciudadanos y estamos muy felices de haberlo logrado", dijo Zubaidah.
En el marco de la ceremonia de naturalización otros que festejaron con grandes abrazos y risas de emoción fueron la cubana Lázara Ore, quien llegó hace más de diez años desde La Habana, así como la pareja de indúes Joby Mathew y Giji Joby Kochuparambil, originarios del poblado de Muvattupuzha, en el suroeste de la ciudad de Kerala.
Las jornadas de juramentación de ciudadanía en el Día de San Valentín en Tampa se añaden a un número importante y cada vez mayor de naturalizaciones que el USCIS ha organizado en su sede de Hoover Boulevard en los recientes dos años.
En ese sentido Sharon Scheidhauer, portavoz de relaciones públicas del USCIS, dijo que en el 2017 se nacionalizaron 9,285 personas y en el 2018 les tocó el turno a 16,061 inmigrantes.
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