TAMPA - Elizabeth "Eli" M. Rodríguez es una mujer de acción, pero sobre todo es también una persona que nunca dejó de valorar la importancia de la tradición y la mejora de las condiciones de los demás. Fueron lecciones que aprendió de su padre, Juan Capote, uno de los rostros más recordados del exilio cubano y uno de los artífices que multiplicaron esfuerzos para el establecimiento de lo que hoy en día es el bastión más importante de la diáspora cubana a escala local, la Casa Cuba de Tampa.
Rodríguez, de 53 años de edad y madre de dos hijos en edad escolar, es la funcionaria y enlace hispano de mayor jerarquía de la oficina de gobierno del Condado de Hillsborough. Su compromiso y voluntad de ayuda se consolidan en su nuevo puesto de manera natural.
"Mi padre siempre estuvo muy envuelto con la comunidad y creo que ese activismo e interés por el servicio lo heredé de su ejemplo", dijo Rodríguez en una entrevista con CENTRO Tampa en su oficina central, ubicada en el piso 21 del edificio del gobierno condal, del downtown de Tampa. "Sus lecciones me hicieron pensar y me alentaron a servir y ayudar a los demás".
A fines de noviembre del año pasado Rodríguez tomó la posta que dejó Tony Morejón, quien se retiró del puesto después de más de tres décadas de trabajo ininterrumpido como funcionario condal. A Morejón se le recuerda, entre otros logros, por haber impulsado la inclusión de más empleados bilingües en las oficinas de gobierno y traer a la ciudad la primera conferencia en español sobre desastres y huracanes.
Consciente de las responsabilidades que asume y el carácter estratégico de las comunicaciones en tiempo real con la población hispana para que esta conozca en profundidad los diferentes servicios que ofrece el Condado, Rodríguez se mostró segura de poder continuar fortaleciendo y ampliando el contacto con la comunidad en todos sus niveles. En la agenda de sus prioridades inmediatas, Rodríguez mencionó, entre otras iniciativas, el trabajo y planeamiento de acciones concretas para asegurar que los residentes tengan toda la información y datos para actuar y tomar medidas de precaución antes del recrudecimiento de la tempoarada de huracanes.
"Una de las cosas que hemos visto es que cuando existe la posibilidad de que un huracán pueda impactar nuestra área, la gente espera hasta el último minuto para prepararse", explicó Rodríguez. "Para muchos es algo muy normal, pero creo que tenemos que cambiar eso para que todos estén listos a tiempo. Vamos a asegurarnos de que ese mensaje llegue a las personas, especialmente a los mayores".
Rodríguez es la tercera de cuatro hermanos de un matrimonio que escapó de Cuba en 1959 debido a la revolución comunista de Fidel Castro. Sus padres, Juan y Doris Capote, llegaron inicialmente a Washington y posteriormente se establecieron en Tampa. Rodríguez tenía planeado ingresar al Cuerpo de la Marina de Estados Unidos para servir a la patria como enfermera, pero una circunstacia cambió su ruta de vida. Ocurrió cuando le diagnosticaron cáncer de tiroides en 1985 y no había cumplido aún 19 años de edad. Un tratamiento oportuno y temprano hicieron a un lado cualquier cumplicación a futuro.
"Eso me dio una perspectiva diferente sobre la vida", explicó Rodríguez. "Y seguí adelante, tal como mi padre me había dicho, para hacer la diferencia en las personas".
Convencida de los retos y las oportunidades que van aflorando en el camino para continuar mejorando el entendimiento y la información entre el gobierno condal y las comunidades hispanas locales, Rodríguez dijo que no deja de ser importante mantener la fluidez en la comunicación con los residentes. La idea no es otra que escuchar sus expectativas y tomar nota sobre los asuntos que más preocupan, como la llegada de la temporada de huracanes.
"En las últimas semanas hemos estado asistiendo a diferentes eventos de la comunidad. También estamos organizando talleres educativos y en español sobre preparación de huracanes en áreas como Town&Country, West Tampa, Bloomingdale y Brandon", sostuvo Rodríguez. "Es una de las misiones que tenemos ahora".
Con más de 23 años de experiencia en la alta dirección de cargos gubernamentales y en el sector privado, así como también en el manejo y la motivación del personal en una variedad de puestos, Rodríguez se mostró segura de continuar con un legado que siempre apuntó por la excelencia en el servicio.
En ese marco de acción no pasó en alto la importancia de seguir prestando la mejor atención a los residentes latinos más expuestos, como las familias de bajos ingresos ylas personas de la tercera edad. Rodríguez mencionó también la diversidad de la población hispana y el cambio que se ha visto en el terreno de acción durante los últimos 30 años en el área de la Bahía de Tampa.
"Hay mucho por hacer porque tenemos una comunidad muy amplia que ha crecido en nuestra área. Ya no solo hay familias de origen cubano como era en los ochentas o los noventas sino también de Venezuela, Colombia, Puerto Rico, México...", dijo Rodríguez. "Por eso queremos continuar trabajando cerca de nuestra comunidad para que la gente se sienta cómoda cuando nos llamen".
Rodríguez conoce de primera mano el amplio abanico de retos que se abordan en este tipo de posiciones públicas. No en vano ocupó puestos fundamentales en el quehacer diario de gobierno, como en la oficina del excomisionado condal Al Higginbotham entre diciembre del 2009 y fines del 20018 y en la central de operaciones y servicios legislativos de la oficina del exgobernador de Florida, Jeb Bush, desde mediados de la década del 2000.
Christine Borelli-Wade, gerente de divisón en el centro de lucha contra el cáncer Moffitt y exjefa de Rodríguez en sus años de juventud, valoró su entrega y convicción por el trabajo como garantías de servicio y compromiso profesional.
"Es una persona honesta que tiene la capacidad de llegar y entender a la gente. Es muy trabajadora e íntegra porque se preocupa por los demás", indicó Borelli-Wade. "Su posición no podía ser mejor para lograr un verdadero impacto en la comunidad a la que está sirviendo".
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