TAMPA - Lydia P. González, una de las figuras más populares y queridas de la Casa Cuba de Tampa por su voluntad de servicio y apoyo a la causa por la libertad cubana, murió a los 87 años en el hospital St. Joseph debido a complicaciones derivadas de un cuadro de diabetes.
El deceso de González ocurrió el 9 de junio, aproximadamente dos semanas después de haber sido ingresada de emergencia en el hospital.
En la Casa Cuba de Tampa, bastión del exilio histórico a escala local, la partida de González dejó un profundo vacío entre amigos y representantes de la entidad.
Julio Viauded, presidente de la Casa Cuba de Tampa, dijo que la muerte de González constituye un duro golpe para todos aquellos que valoraron su amabilidad y patriotismo.
"Evidentemente la comunidad cubana de Tampa y la Casa Cuba de Tampa han perdido un baluarte, un ejemplo de trabajo a favor de todos. Porque Lydia era incansable en su labor patriótica, muy responsable y amiga de todos. La Casa Cuba de Tampa era su familia, era su verdadero hogar", precisó Viauded.
En una entrevista con CENTRO Tampa Viauded relató que horas antes de que González fuese trasladada al hospital, llegó a cumplir con las tareas que generalmente estaban en su agenda durante los fines de semana. Una de estas responsabilidades fue hacerse cargo del arreglo floral que la Casa Cuba dejó el domingo, 19 de mayo, al pie del busto del Apóstol de la Independencia, José Martí, en Ybor City. El homenaje se realizó para recordar un aniversario más del fallecimiento de Martí.
Viauded dijo que González alcanzó a ir a la Casa Cuba en las primeras horas de la mañana de ese 19 de mayo para dejar listas las flores. Viauded recordó que la llamó por teléfono para saber cómo se sentía de salud, ya que un día antes la propia González le había dicho que estaba algo indispuesta.
"Le dije: Lydia, mejor quédate tranquila en tu casa y no te muevas porque otra persona puede encargarse de las flores. Me respondió que no era necesario porque ya había pasado por la oficina muy temprano para dejar las flores. Eso dice mucho de ella", puntualizó Viauded.
Maestra de profesión y voluntaria de corazón, González fue quizá una de las pocas mujeres de su generación que continuó trabajando por la causa de la libertad con todos sus años a cuestas.
Era parte de la Casa Cuba de Tampa hace más de 25 años y en el curso de ese tiempo ocupó varios cargos de confianza: primero como secretaria de la entidad, luego en el cargo de vicepresidenta y finalmente como tesorera en dos períodos consecutivos.
Sencilla y absolutamente discreta en sus tareas y quehaceres diarios, González disfrutaba de una taza de café, de sus programas radiales, y del compañerismo y amistad de los integrantes de la Casa Cuba de Tampa, a los que trataba como la familia que siempre quiso tener.
González se casó en La Habana el mismo año que marcó el triunfo de la revolución de Fidel Castro, en 1959, con su novio de juventud, Eduardo, ya fallecido. El matrimonio duró 28 años hasta que ambos se divorciaron por mutuo acuerdo.
González abandonó su querida Cuba en 1962 dejando en el camino la historia de su familia y los recuerdos de su carrera como profesora de escuela.
Llevó más tiempo como exiliada que los años que alcanzó a vivir en La Habana, la ciudad donde nació, donde fue hija única y donde perdió a su madre cuando tenía apenas cinco años de edad.
Por su interminable entrega y voluntad de ayuda González recibió un homenaje en vida a nombre del Club Cívico Cubano, el 28 de enero de 2018. La actividad se añadió a los festejos que ese mismo día suelen organizar los exiliados cubanos para recordar el natalicio de Martí.
Tily Campuzano, de la Casa Cuba de Tampa, dijo que González será muy recordada por su entrega, dulzura y honestidad.
"La conocí por más de 30 años y siempre fue muy trabajadora", sostuvo Campuzano con la voz marcada por la emoción. "Era una persona que devolvía el cariño y el amor que recibía. Era nuestra mano derecha y la que llevaba las riendas".
González será velada el 30 de junio a partir de la 1 p.m. en las instalaciones de la Funeraria Boza & Roel, ubicada en 4730 Armenia Ave. Su entierro se realizará posteriormente en Miami.