TAMPA - Miembros de la CASA Cuba de Tampa, el bastión del exilio histórico local, y representantes de otras organizaciones de migrantes que defienden las libertades y derechos humanos criticaron abiertamente una resolución aprobada por unanimidad por el Concejo Municipal de Tampa a principios de junio. La resolución condena cualquier restricción a los viajes estadounidenses a Cuba.
El portavoz de la CASA Cuba de Tampa, Rafael Pizano, dijo que la acción no tomó en consideración la voz y los puntos de vista de los exiliados y todos aquellos que han debido abandonar sus respectivos países de origen debido a la política de cero tolerancia de regímenes dictatoriales.
La resolución municipal coincidió posteriormente con una visita en Tampa del embajador cubano en Estados Unidos, José Ramón Cabañas.
"Esta resolución no consideró que Tampa es la tercera comunidad de exiliados más grande de Cuba y una creciente comunidad de exiliados venezolanos. Ninguna de las organizaciones que representan a las víctimas que han tenido que huir de su país de origen debido a una persecución injustificada, falso encarcelamiento y en casos incluso la tortura se consideró para cualquier comentario antes de esta decisión", indicó Pizano en el comunicado.
Asimismo dijo que la orden de la administración Trump de hacer a un lado los viajes a la isla y en cruceros fueron alentadas por los abusos de las autoridades cubanas.
"Nuestras organizaciones trabajan estrechamente con activistas reconocidos mundialmente en Cuba, Venezuela y Nicaragua", dijo Pizano. "Las medidas adoptadas por la actual administración de Estados Unidos fueron impulsadas debido a que el régimen desestabilizó la región, específicamente Venezuela. Hasta la fecha, las Naciones Unidas han informado sobre más de cuatro millones de desplazados, en parte debido al papel directo de Cuba".
En el comunicado Pizano precisó que la resolución del Concejo Municipal de Tampa puede ser vista como una legitimización del régimen cubano que va en contra de la libertad de los cubanos, venezolanos y nicaragüenses. Pizano, a nombre de la CASA Cuba de Tampa, criticó que las líneas de cruceros trabajen y hagan negocios con propiedades privadadas que fueron usurpadas de las manos de sus legítimos propietarios.
"Finalmente, como trabajadores exiliados que pagan impuestos y contribuyen a nuestra gran comunidad de Tampa, debemos ser incluidos en las conversaciones que afectan directamente a nuestras familias aquí y en el extranjero", enfatizó Pizano, quien es hijo de Roberto Pizano una figura reconocida en el exilio cubano de Tampa por su lucha en nombre de la democracia. Pizano (padre), de 81 años, estuvo encarcelado durante 18 años en Cuba por su lucha contra el comunismo.
El concejal de la ciudad de Tampa, Bill Carlson, quien aboga por la normalización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos desde 1999, dijo que las observaciones de los exiliados locales no representan a la mayoría.
"Me reúno regularmente con los cubanoamericanos para escuchar sus experiencias y preocupaciones. Casa Cuba representa una pequeña facción de esa comunidad", dijo Carlson en un comunicado. "Sus puntos de vista no representan los intereses de la gran mayoría de los cubanoamericanos ni el apoyo casi unánime del pueblo cubano para comprometerse con Cuba". Según Carlson el pueblo cubano quiere que los estadounidenses apoyen el capitalismo y la libertad económica viajando a Cuba.
"Estas nuevas políticas son mezquinas y apoyadas por un puñado de personas adineradas en Miami", precisó Carlson. "Solo sirven para quitar los derechos y libertades ganados con esfuerzo de los ciudadanos estadounidenses mientras pretenden apoyar la libertad en otro país".