BRANDON- En Moreno Bakery, José Moreno y su esposa, Susan, se niegan a saltarse un paso en el proceso tradicional de cinco horas de elaboración del pan cubano, con dos etapas de descanso y una en cuarto de crecimiento. El meticuloso método no tiene en cuenta el tiempo que lleva cosechar y lavar las hojas de palmito que utiliza como "venas" para proporcionar una ruptura natural al pan.
"Me encanta hornear. Es lo único que sé hacer", dijo José en una entrevista de Tampa Bay Times hace seis años cuando estaban ampliando sus operaciones y mudándose a un local donde podría recibir comensales.
Esa pasión de los Moreno los llevó a convertirse en la panadería favorita por los lectores del Tampa Bay Times y su local se ha convertido en un dulce destino que atrae a cientos de personas cada día.
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Para Moreno, hornear pan cubano sirve como una metáfora de la vida que comenzó cuando era joven en la isla.
Su abuelo era dueño de la Golden Eagle Bakery, la única en su vecindario cubano, y su madre se hacía cargo de la nómina de la empresa. En sexto grado, José comenzó a pasar por la panadería después de la escuela para jugar con la masa.
Cuando tenía 12 años, hacía pan cubano.
En 1993, Moreno escapó de Cuba. Abordó una lancha motora con ocho amigos y dos niños con la esperanza de alcanzar a su tía en Estados Unidos. Después de una semana en el mar, el bote se quedó sin gasolina cerca de las Bahamas, donde la Guardia Costera estadounidense los encontró.
Si hubiera pasado un año más, lo más probable es que Moreno hubiera sido devuelto a Cuba bajo el Acuerdo de Migración entre Estados Unidos y Cuba que entró en vigencia en 1994 y que permitió que solo los refugiados cubanos que llegaran a las costas de Estados Unidos buscaran su residencia permanente.
Moreno finalmente aterrizó en Tampa y consiguió un trabajo en La Segunda Central Bakery en Ybor City. Mientras estaba allí, conoció a Susan, que trabajaba como gerente de clientes para Bank of America. Se casaron en el 2000 y mudaron a Valrico en 2002. Se naturalizó ciudadano estadounidense en 2004.
Desde entonces ya tenía clara su meta.
En 2008 abrió la panadería en un local cerca al que tiene la actual. Susan recordó que crecieron rápido al punto que no tenían "suficiente espacio para cumplir con los pedidos y cuando veía a un cliente comiéndose un sándwich en su auto, tocaba en su ventana y le decía: 'Gracias".
Ahora, ofrecen almuerzos y cuentan con mesas, postres y comida caliente.
"Mi objetivo es darle a la gente de Brandon la mejor panadería del mercado", dijo José. "Cuando la gente da las gracias, me alegra el día".
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