Por Juan Carlos Chávez
CENTRO Tampa
TAMPA - Cuando llegué a la redacción de CENTRO Tampa a inicios del 2013 supe que había tomado la decisión correcta. Primero porque empecé una nueva etapa como periodista y, segundo, porque me permitió iniciar la familia con la que siempre soñé.
Eso sí: en el pasado quedaron los 10, o acaso un poco más de años, que invertí en el desarrollo de mi profesión como periodista de campo y especialista en temas cubanos para la edición de El Nuevo Herald y su copia hermana The Miami Herald. Pero no me quejo.
Ese capítulo de mi vida representaría, al final de cuentas, el camino a un definitivo establecimiento en Tampa, ciudad que me dio la bienvenida con su espíritu pujante y un escenario de acción salpicado por la historia y un fenómeno migratorio que, desde el siglo XIX, nunca dejó de acuñar un sello y estilo propios.
CENTRO Tampa tiene mucho de eso. Su diversidad, amplitud de ideas, consistencia en la cobertura de noticias y liderazgo en el análisis del acontecer hispano en la Bahía de Tampa, fueron los ingredientes que finalmente me alentaron a continuar apostando por una profesión que muchos quisieran silenciar de una vez por todas.
Ser parte de las celebraciones por el décimo quinto aniversario de CENTRO Tampa es un orgullo colectivo. A nivel personal debo agradecer infinitamente el hecho de que fue este semanario y periódico digital el que me llevó de la mano a escudriñar un nuevo mundo. Lo hizo en un primer estado de cosas bajo el paraguas de sus administradores y la plana periodística del Tampa Tribune, su primer dueño, y posteriormente de la mano del Tampa Bay Times, el periódico que no solo creyó en el proyecto de CENTRO Tampa como vocero de la comunidad hispana sino que respaldó su objetivo primordial. Ese que no es otro que tomarle el pulso al sentir hispano en la Bahía de Tampa e informar sobre los acontecimientos que lo vinculan directamente.
K4QP7M67U5F37HKH7EBEHZZPIQ.jpg
En la cobertura de noticias para CENTRO Tampa he sido testigo del impulso de un periódico que es la voz de la comunidad.
En ese trajín informativo de 15 años en los que se han mezclado vientos a favor y otros en contra, los premios y reconocimientos que CENTRO Tampa ha ido sumando en el tiempo señalan un periodismo veraz y de alto calibre.
Lo digo porque he sido testigo del emprendimiento y la entrega de los periodistas, corresponsales, colaboradores, fotógrafos y diseñadores gráficos, entre otros, que han colaborado con su profesionalismo y dedicación a las victorias de CENTRO Tampa. Han sido también fundamentales para su buena reputación como una fuente de noticias que no se inclina por intereses políticos o apetitos comerciales. Sus aportes han sido prioritarios en la construcción y el empoderamiento de un semanario que hoy es orgullo de nuestros lectores hispanos y que, al mismo tiempo, representa una fuente de inspiración para iniciativas similares que surgen en otros estados del país.
CENTRO Tampa ha sido y es la plataforma que me dio espacio para atestiguar y comentar en detalle algunas noticias que solo se encuentran en nuestra comunidad y que abordé en estilo de crónica urbana, una de las vertientes del periodismo que lucha frente a la inmediatez de la tecnología y las noticias de último minuto.
Recuerdo, por ejemplo, historias periodísticas como ‘La ley de la vida’, una animada y sentida entrevista que tuve con Myriam Irizarry, mujer cordial y sencilla que, en ese momento, era jueza del Sexto Circuito Judicial del Condado de Pinellas. Su testimonio de vida -agrietado por la pobreza extrema que le tocó vivir cuando era una niña en el interior de Puerto Rico hasta que alcanzó la excelencia profesional en Estados Unidos- fue la base de una historia que publicamos en CENTRO Tampa. Ese reportaje fue reconocido posteriormente por la Sociedad de Editores de Noticias del Sur de la Florida (FSNE) con el primer lugar en el concurso periodístico del 2016 en la categoría ‘Features Writing’.
Otro reportaje que impulsó CENTRO Tampa y que obtuvo un reconocimiento especial de la FSNE fue ‘Negocio sobre ruedas’, la radiografía de Diviel Santana, un cubano emprendedor y con alma de inversionista que en Rusia comenzó a adquirir piezas y repuestos de automóviles como los Lada y los Moskvichs de los años 70 para enviarlos, desde Tampa, al parque automotor en Cuba.
La idea genial de Santana ocupó la portada de CENTRO Tampa con el mismo énfasis que le dimos a la historia de la jueza Irizarry. El resultado no solo fue la distinción y el primer lugar que le otorgó la FSNE en su certamen anual del 2017 en la categoría ‘Features & Enterprise Writing’. Fue también la base del reportaje de un periodista que trabajó para un canal de noticias en español de Tampa y que luego se hizo acreedor a un Emmy.
La lista de satisfacciones personales que me ha tocado protagonizar como periodista y miembro del equipo de CENTRO Tampa es diversa. Me alegro, ya que es precisamente esta variedad la que enaltece, alimenta y finalmente caracteriza el espíritu informativo de CENTRO Tampa. Es una labor que en 15 años de existencia ininterrumpida ha sabido aprovechar para nutrirse de mayor experiencia y blindarse de un carácter moderno y dinámico en el seguimiento de las noticias en la Bahía de Tampa.
El aniversario, por esta y muchas otras razones, no solo es bienvenido sino merecido en su más amplio sentido por todo lo que se hizo en el pasado y lo que continuará en el futuro inmediato.
Las felicitaciones y los triunfos son de todos.