Por Raquel Aché
Especial para CENTRO Tampa
¡Amados Hermanos de Luz!
¿Han pensado sobre nuestro viaje por esta vida?
Lo pienso a diario cuando veo en los noticieros el centenar de personas que fallecen. A la vez muchas familias tienen hijos es el ciclo de la vida.
Comienzo compartiendo que dentro de nuestro ser hay un potencial e infinita fuente de amor de paz, alegría y sabiduría
Desde el momento en que nacemos la vida se presenta en oleadas, con diferentes experiencias para el aprendizaje, periodos de evolución.
A muchos de nosotros el crecimiento y la evolución se nos presenta diferente entre la niñez y el crecimiento de pubertad, luego pasamos a la edad adulta, donde se confunden ciertos patrones de existencia, al tomar conciencia de que hay cosas que aprendemos por herencia cultural, educación, patrones de comportamiento.
Lo que aprendemos de niños influye enormemente en la clase de seres en que nos convertimos.
De allí la base solida necesaria para un punto de partida al aprendizaje es bastante compleja pero necesaria de entender ya que podemos modificar, cambiar y aceptar el poder vivir acorde con lo que nos da la alegría de vivir. Sin menospreciar nuestros orígenes.
La vida puede parecer alegre, aterradora, sorprendente, enigmática, en fin, todas estas experiencias que ocurren desde que nacemos hasta el final de nuestra vida van marcando episodios.
Estar consciente de El Vivir, es darnos la oportunidad de buscar crecer orientándonos hacia la paz interna, con desarrollo de alma y reafirmación espiritual de beneficio a las comunidades.
No les hablo sobre lo espiritual. Relacionado con religiones. Somos de libre albedrio en esta escogencia. Lo que sí es importante es buscar conocernos dentro de las emociones, dificultades, capacidades buscando así un equilibrio a la existencia.
No podemos asistir al templo de nuestra escogencia sino no nos hemos conocido desde el templo interno.
Podemos contribuir a sanar nuestra sociedad, cada lugar donde estemos debe ser una porción dada para crecer y ayudar a crecer de manera de mejorar futuras generaciones.
Considero esencial dejar de maltratar a los niños, buscar orientación cuando se sientan perdidos como padres. Los niños son seres humanos hermosos que a causa de descuido y maltratos se convierten en seres horribles y peligrosos.
Con un alto costo social y hasta económico. Por supuesto todo esto requiere una
revisión total de la sociedad. Educación, salud, leyes cárceles etc.
Los niños no nacen agresores o malvados, esos comportamientos se desarrollan que con adecuada atención se pueden rehabilitar
con autoestima y amor.
Hay que enseñar a cada niño que es un humano valioso y merecen que se les ame, siendo consciente de sus limitaciones y alcances con amor.
Hacerles conscientes de que son pequeños grandes hombres, capaces de transformar una sociedad en positivo.
Lo que se le habla en positivo a un niño se verá compensado en su vida de adulto.
La educación crea una autoestima por el conocimiento implícito.
Podemos contribuir tomando conciencia de que no debemos pasar a nuestros
descendientes conductas tóxicas.
Contribuyamos a lograr cambios positivos. Necesitamos la transformación de la sociedad día a día para el logro de su grandeza. Es nuestra misión en la Tierra.
Todos llevamos el niño o la niña dentro de nosotros. Entonces por qué no encarnarnos en comprensión.
Tengo mucho que enseñar y mucho que aprender. Es cuestión de buscar y encontrar la luz.
A todos los padres y seres responsables de niños: ‘Cuando estén a punto para sanar y ayudar a sanar el espíritu encontrarán la manera’.
Muchas bendiciones.
Para escribirle a Raquel: alquimiaesp1@hotmail.com