Por Raquel Aché
Especial para CENTRO Tampa
¡AMADOS HERMANOS DE LUZ!
¿Sabes perdonar? alguna vez te has sentado a conversar con tu interior y te has hecho esa pregunta?
Aprender a Perdonar no es difícil.
“Limpia, borra, borra y encuentra tu propia paz. ¿Dónde? Dentro de ti.
Quien no perdona jamás vive en paz. Guardar un rencor se convierte en un sentimiento tóxico causante de trastornos físicos y mentales.
No permitamos que se albergue en nuestro ser un sentimiento que nos haga seres rencorosos, mal humorados y vengativos.
Cuando no perdonamos nos estamos lastimando a nosotros mismos. Con el
perdón cerramos los malos momentos y podemos sentirnos libres y en paz.
Recuerdo la experiencia de una madre que le asesinaron a su hijo en una protesta estudiantil en Venezuela, en 2017. No olvidaré que en la entrevista que le hicieron dijo: “Yo perdono al Guardia Nacional que mato a mi hijo”.
Se podía sentir la paz espiritual de un ser que vive en concordancia con la vida con
su realidad y con el espíritu.
Esa madre fue víctima de críticas muy crueles, hasta calumnias, es el precio de conocer el perdón, decirlo y admitirlo. Y es que muchos no conocen lo que es aprender a perdonar.
Hay que comenzar por mentalizar yo me perdono, yo te perdono y perdóname. Darle a la vida y sus hechos el real significado.
Con el perdón nos liberamos de culpas, recibimos verdadera armonía.
Los misterios de la existencia son realmente profundos. Existir no es movernos en
un campo de radio de acción. Es buscar el por qué, es aceptar, es asumir realidades para poder seguir viendo y en paz.
Hace unos años tuve la oportunidad de conocer a un Maestro de origen Hawaiano del cual aprendí una técnica originaria de Hawái.
El Hoʻoponopono es una antigua técnica de resolución de problemas se trabaja con “programas” que existen dentro de nosotros, con los pensamientos que tenemos de la otra persona o esa particular situación. Meditación para hacer una higiene mental.
El perdón es un trabajo interior porque no existe nadie afuera nuestro.
Lo más importante es perdonarnos, darle permiso a una parte de nosotros que conoce perfectamente nuestras fallas y qué estamos listos para soltar y borrar todo.
Todos tenemos pensamientos limitantes tales como: “No me lo merezco”; “Porque a mí” y se liberan unas series de emociones producto de un sentimiento que no debe albergarse en nosotros. Trabajemos subconsciente en ese sentimiento negativo que nos controla.
Cerremos con el perdón una puerta, y abramos muchas más grandes.
El dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional.
Todas las situaciones en nuestra vida son una bendición, aunque no lo parezcan. Agradécelas.
Aprende a decir: lo siento, perdón, gracias y te amo.
Yo me perdono.
Para escribirle a Raquel: alquimiaesp1@hotmail.com