Por Raquel Aché
Especial para CENTRO Tampa
Queridos Hermanos de Luz.
La luz nos lleva al conocimiento.
“No te muevas por gusto, sino por convicción. La convicción no es un rito que se defiende a rajatabla, sino que es una verdad divina que se ha hecho raíz en tu vida”
El poder de las Palabras.
De las lecciones por aprender que nos hacen libres de alma es la palabra.
Funcionemos por convicción mas no por emoción.
El poder de las palabras es producido por esa fuerza que emana de nuestro interior y es por ello por lo que la nutriente debe ser la savia del conocimiento. Y no cualquier conocimiento sino el que es enriquecido en el equilibrio.
Al hablar podemos estar motivados por emoción, pasión, sentimiento, opinión y hay lamentables casos (por cierto) donde la palabra es producida por personas que no conocen su franco interior por cuanto no lo han trabajado en materia de equilibrio. En aquellos casos la palabra se intoxica y esas expresiones se realizan con miedo a las consecuencias negativas de haberse contradecido, mas aún se demandan hacer uso de la palabra pública.
Es una actitud que carece de la prioridad en ese momento de sus vidas.
Se cae en el error del ¿qué va decir el otro? me van a criticar o me van a ser sentir muy mal.
Es importante aprender partiendo del principio de que nuestra posición es muchas veces sinónimo de salud.
Sin enojo, odio o circunstancias que permitirán no alcanzar el propio saber que realmente se está expresando, sobre todo cuando se actúa y se hace uso de la palabra siguiendo un patrón descalificador.
Ese patrón donde la palabra tiene una mentalidad agresiva, avasallante y que conoce sus dardos. Algunos hacen uso de la palabra como un eco, los repetidores con falta de análisis de situaciones que pueden ser canalizadas en función de reparar cualquier daño que ha efectuado la palabra que han repetido.
Para aprender a decir No o Si, (como parte de la negación o estoy de acuerdo, hay que reconocer y no repetir el vulgo innecesario creado en muchos casos por mundanal ruido, pues se corre el riesgo de caer en vacíos.
Es importante conocer cual es nuestra prioridad en la vida, hacia dónde apuntamos en materia de dejar un mensaje de aprendizaje, aleccionador a través de la palabra.
Seamos responsables conociendo qué hacer y qué no. Cuando hay desconocimiento, no sigan la algarabía, deténganse y piensen y averigüen.
Controlemos los que sí podemos controlar, nuestras palabras. No dejemos que nuestras palabras nos condenen ni condenen a otros. ¡Cuidado!
Respetando el derecho a la expresión seamos honestos con nosotros mismos.
Bendiciones. Reflexiones.
Para escribirle a Raquel: alquimiaesp1@hotmail.com