Por Juan Carlos Chávez
CENTRO Tampa
TAMPA - El musical está basado en la famosa película ‘Aladdin’ que fue lanzada por Disney en 1992 y se convirtió en un éxito de taquilla. En ese momento sus productores no solo obtuvieron el respaldo de la crítica sino también ganaron el Oscar a la ‘Mejor Partitura Original’ al tiempo que su tema de cabecera “A Whole New World” se hacía acreedor al segundo de los dos Premios de la Academia en la categoría ‘Mejor canción original’.
Esto es un poco de lo mucho que trae Aladdin, la historia del joven que encuentra una lámpara mágica con un genio en su interior que, sin dudarlo, es capaz de concederle tres deseos que animarán al muchacho a buscar la felicidad y el amor con el que siempre soñó. Para ello uno de los deseos que pide es poder disfrazarse como un príncipe con muchos recursos y dinero para llamar la atención de su amada Jasmín.
En este escenario de acción donde se mezcla el colorido de una puesta en escena apoteósica y sorprendentes efectos especiales, el protagonismo del Genio de la lámpara se roba mucho de los aplausos.
El genio en este caso es Frank Viveros, un actor colombiano que fue criado en Brooklyn. Nacido en Cali, Viveros se estableció en Estados Unidos con sus padres. Su experiencia es única: vivió a la sombra de la ilegalidad y sin un estatus establecido hasta que muchos años después pudo solucionar su situación. Es el mayor de cinco hermanos y, con la ‘genialidad’ que lo caracteriza, ha superado dificultades para coronarlas en ejemplo de éxito y superación.
CENTRO Tampa entrevistó telefónicamente a Viveros desde Nueva Yorks sobre su vida y participación en Aladdin, musical que se presentará en el Straz Center de Tampa.
CENTRO Tampa (CT): Cómo te sientes con esta oportunidad?
Frank Viveros (FV): Me siento muy emocionado porque es un gran musical y tiene mucha energía. Pero al mismo tiempo me siento muy orgulloso como inmigrante y de piel morena por el hecho de que me hayan escogido. Es bello ser parte de un elenco tan diverso y de un musical cuyo mensaje es acerca de la inclusión y el amor en toda su dimensión.
CT: ¿Por qué crees que debería ir la gente a ver este musical?
FV: Porque creo que es que es una experiencia para toda la familia. Algunos piensan que es una historia solo para niños pero es una comedia musical, chistosa. Los niños disfrutan de la puesta en escena pero la historia en sí va más allá. Todos los miembros de la familia pueden encontrar algo mágico, incluyendo a los adultos. Pero no es la primera vez que tengo un papel importante. Yo también hice la gira del 2013 del Fantasma de la ópera como Ubaldo Piangi.
CT: ¿De qué manera asumes un papel?
FV: Soy una persona que todo lo basa en la música. Entonces tengo que escuchar el estilo de la música que lo envuelve para pensar el papel. Escuchar musica de la época apropiada, por ejemplo, me sirve de mucho para meterme en los zapatos del personaje. Es importante mantener la voz y el cuerpo y prepararme con todo para la exigencia del papel. En el caso del Genio puedo decirte que es muy exigente. Pero cuando salgo al escenario, lo hago para gozar.
CT: ¿Eres el único latino en el grupo de Aladdin?
FV: Hay más hispanos pero soy el único que habla español. En casa el español era el único idioma que mis padres conocían al momento. Todos mis hermanos lo hablamos, pero mis padres siempre pensaron y me dieron libertad para escoger el idioma. Sin embargo para mí era muy importante poder comunicarme con mi mamá. Y eso era en español.
CT: Lo que sabemos es que no naciste en una cuna de oro, es decir, eres hijo de una familia que le tocó duro en Estados Unidos, ¿verdad?
FV: Así es. Nací en Cali hace 37 años y llegué a Estados Unidos a los cuatro años de edad junto con mi mamá. Mi padre había llegado un año antes y durante ese tiempo hizo todo lo que pudo para reunirnos. Ellos viven en Nueva York.
CT: Qué hicieron tus padres para salir adelante y mantener a cinco pequeños?
FV: Mi papá ha sido taxista y mi madre se dedicó a limpiar casas. Es una mujer muy fuerte que hizo de todo para darnos de comer. Yo soy el mayor de cinco hermanos, así que imagínate. No soy el único que está en el canto y la actuación. Tengo una hermana que se dedica al arte como carrera y le gusta mucho cantar.
CT: ¿Crees que tus padres, te animaron a seguir la actuación como destino de vida?
FV: Tal vez empezando con algo tan sencillo como era bailar con mis tías y con mis primas. También fue importante la tradición de contar historias, algo que siempre estuvo presente entre nosotros y, por supuesto, el amor de familia.
CT: De ninguna forma debe haber sido fácil vivir sin papeles. Pero, ¿cómo lo llevaste hasta el día en que formalizaste tu estatus?
FV: No fue fácil. Sobre todo cuando eres niño porque creo que ningún niño debería tener secretos. Y yo crecí sabiendo que no podía tener muchas amistades por el miedo de que alguien, si se llegaba a enterar de nuestro secreto (como indocumentados), nos iban a deportar. En realidad creo que eso fue lo más difícil de mi infancia.
CT: Ese momento de tu vida es diametralmente diferente a lo que vives ahora. Viajando y moviéndote de una ciudad a otra...
FV: Sí. Y eso que acabo de llegar al elenco hace ocho meses con Aladdin. Pero es una gira muy grande y la cantidad de ciudades que se han visitado es algo increíble.
CT: ¿Tienes alguna anécdota en este proceso que fue desarrollado a nivel personal hasta alcanzar la ciudadanía?
FV: Recuerdo que cuando me gradué de en el 2004 de LaGuardia School of the Arts, en Manhattan , me dieron el honor de cantar el himno nacional. En ese momento no era todavía ciudadano, pero me dio mucho orgullo poder cantar el himno en mi graduación y después darle mi título a mis padres, que estaban presentes en la ceremonia. He sido el primero de mi familia en obtener un título universitario. Pero al final, lo más importante es que quiero ser un buen ejemplo para los niños y todos aquellos indocumentados que piensan que, por su situación, no pueden lograr cosas importantes. Lo que yo digo es que sí podemos.
CT: ¿Viajas mucho a Colombia y otros países?
FV: Cada vez que puedo voy, pero siempre que visito un país me encanta la experiencia porque me recuerda mis raíces. Siempre me acuerdo no solo de los lujos y beneficios que uno tiene sino también de los privilegios por mi descendencia hispana.