Por Patricia Arbulú
Especial para CENTRO Tampa
Si me preguntas cuándo mi madre se alejó mentalmente de mí, no podría asegurarte la fecha que la perdí. Ella fue siempre muy independiente, una mujer guerrera ante la vida. Cómo no serlo, si las circunstancias así quisieron que fuera.
Con la llegada de una noche llena de penumbras también amaneció con una claridad bendecida por Dios. Todo este tiempo que transcurrió, muy cerca la una de la otra, juntas aprendimos a cuidarnos y nos hicimos más sensibles. Cuando la recuerdo, en sus mejores momentos, puedo ver su dureza ante la vida, su inteligencia para triunfar profesionalmente, su religiosidad como católica practicante, su dignidad de mujer y como una madre bondadosa.
Hoy la tengo conmigo y mientras ella este aquí solo me tendrá a mí. Poco me interesan los beneficios que la vida me traiga. En lo profesional siento que tuve lo que merecía. Como madre di lo mejor y de esposa ni que decir. No seré un ejemplo ni tampoco el cielo será mi salvación, lo único que aspiro es llegar a terminar esta misión que, como hija, me emociona acabar.
No pienso ni quiero asimilar no tenerla más, me aterra esa posibilidad, entiendo que algún día será así, pero no podría soportarlo, mi madre es mi razón de vivir. Ante los achaques que llegaron a mi vida tuve que levantarme para continuar y qué fuerzas que me dio. Ella no necesita hablar, no tiene porque mirarme ni tampoco agarrarme, solo unas inocentes sonrisas hacen que el cielo ya este aquí.
Cada mañana me late el corazón a mil verla sonreír al despertar, es como decir gracias por estar junto a mí. Cómo no estarlo, madre querida, si tu ni yo lo pedimos, tu olvido llegó cual brisa de otoño para corregir mis errores de hija y engrandecer tu imagen de madre. Si me preguntas quée duro puede ser cuidar de una persona así, no puedo negarte lo duro que puede ser, pero también debo decir, solo el amor puede darte esa fuerza necesaria para llegar al fin.
Es una fecha más para recordar a todo enfermo de Alzheimer, 21 de septiembre es el día internacional de esta enfermedad. Nadie está fuera de su alcance, ni tampoco somos pocos quienes tenemos algún familiar con esta enfermedad. Dios quiera que la bondad reine en los corazones de quienes tienen que hacer esta noble labor.
Quien piense que ellos ya se fueron y no hay más que hacer, créanme que están muy equivocados. Si hay algo que no existe más son los recuerdos, pero te aseguro, que tienen un corazón muy grande que habla, piensa y ama. ¿Quieres sentirlo?... Solo espera una sonrisa de ellos y sabrás que es así.
Arbulú es periodista peruana y presentadora de televisión del programa ‘Entre Nos’. Actualmente vive en Los Ángeles. Para escribirle: Patriciaarbulu30@gmail.com