Por Luis Felipe Polo G.
Especial para CENTRO Tampa
Como miles de personas, desde la semana pasada, formo parte de los voluntarios que están siendo monitoreados tras recibir la vacuna experimental contra el COVID-19 que están desarrollando varias compañías.
En mi caso es de las compañías Pfizer/BioNTech que planean proporcionar 100 millones de dosis de su vacuna para fin de año dentro de Estados Unidos y hasta 1,300 millones de dosis en 2021. También la Comisión Europea prevé la adquisición inicial de 200 millones de dosis y Japón de 120 millones de vacunas a partir de la primera mitad del 2021 una vez que sea aprobada por las instituciones reguladores mundiales.
Pfizer/BioNTech han comunicado que prevén obtener la autorización o aprobación regulatoria de su vacuna contra la COVID-19 en octubre, han mostrado nuevos datos prometedores sobre su vacuna, los efectos secundarios son tolerables y si los plazos previstos se cumplen, ésta sería la vacuna más rápida del mundo. Mientras esperamos las vacunas, las cifras oficiales de infectados en todo el mundo superan 30 millones y fallecidos cerca de 1 millón.
Antes de ser inoculado con la vacuna de Pfizer/BioNTech en una primera dosis, se me realizó una serie de exámenes: prueba serológica para detectar si había contraído el virus, análisis de sangre y una evaluación médica general. Luego firmé un documento extenso donde se me informaba los pasos a seguir, la cantidad de visitas médicas a las que debo asistir en los próximos 24 meses, bajar la aplicación en mi teléfono para el monitoreo; y, finalmente recibir una nueva cita para el primero de octubre cuando recibiré la segunda dosis de la vacuna.
Federica Narancio
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Una promotora de salud de CASA, un grupo hispano de apoyo, trata de registrar a hispanos como voliuntaros para pruebas de una potencial vacuna de COVID-19, en un mercado de granjeros en Takoma Park, Maryland, el 9 de septiembre del 2020. Ayudado por promotores de salud de habla hispana y pastores negros, un esfuerzo acelerado está en curso en Estados Unidos para reclutar a minorías para garantizar de que vacunas potenciales contra la pandemia son probadas en las poblaciones más azotadas por el virus. (AP Foto/Federica Narancio)
Al igual que otras compañías que están desarrollando la vacuna este estudio es doble ciego; es decir que, los voluntarios, médicos y enfermeros no sabremos si recibí vacuna o un placebo ya que esto lo deciden en forma aleatoria el sistema de cómputo.
Al terminar mi cita de casi seis horas, recibí copia de los documentos que firmé, tarjeta médica de emergencia de atención de 24 horas con los teléfonos a donde llamaría en caso de emergencia, un termómetro y un kit para hacerme la prueba de hisopado o molecular en caso sentir síntomas de haber adquirido el COVID-19 y debería llamarlos inmediatamente para que lleguen a mi domicilio para llevárselo y analizarlo.
El estar participando en esta investigación no me inhibe como al resto de los participantes de continuar respetando las reglas de distanciamiento social, uso de mascarilla y otras medidas para prevenir adquirir el virus.
Pfizer/BioNTech está realizando pruebas en muchos lugares en el mundo y Estados Unidos y es California lugar donde vivo, el que registra la mayor cantidad de contagiados en este país con casi 800 mil y 15,000 fallecidos. La población más vulnerable es la latina con más tasas de contagio y muertes desproporcionadamente altas comparadas con otras poblaciones; sin embargo, somos el menor grupo de voluntarios.
Estoy feliz de poner el hombro. Lo hago en nombre de mis hijas, sobrinos, de los hijos de mis amigos, de los hijos de éstos, de los mayores, adultos y jóvenes del mundo; y, de todas aquellas personas que han perdido a algún familiar o amigo con la esperanza que pronto se encuentre una vacuna, salve vidas y ayude a los estados y sus líderes a cambiar su visión y ojalá a reconstruir un mundo diferente y más solidario.
El columnista es peruano (1964). Curso un MBA y un Doctorando en Teología. Profesor universitario. Autor de libros y artículos. Experto en derechos humanos y resolución de conflictos. Para contactarlo luisfelipepolo@gmail.com o visite: www.luisfelipepolo.com
“La población más vulnerable es la latina con más tasas de contagio y muertes desproporcionadamente altas comparadas con otras poblaciones; sin embargo, somos el menor grupo de voluntarios”.