Fotos cortesía de UACDC
Las mesas de trabajo con la comunidad de University Area, la cual fue afectada considerablemente por el huracán Milton.
El área de University en Tampa ha sido una de las zonas más afectadas por los huracanes Helene y Milton. La comunidad, conocida por su resiliencia, enfrenta una devastación significativa, con cientos de personas desplazadas y hogares destruidos. En respuesta, varias organizaciones locales y gubernamentales se han unido para liderar los esfuerzos de recuperación y reconstrucción.
El evento "Juntos Después del Huracán Milton", celebrado el 17 de octubre, reunió a residentes y representantes de organizaciones clave en el Centro Comunitario Victor Crist. Dirigido por la Coalición de Socios de la Corporación de Desarrollo Comunitario del Área Universitaria (UACDC), el evento se centró en coordinar planes con la comunidad para brindar apoyo urgente a las familias afectadas y delinear estrategias para la recuperación del vecindario.
Impacto devastador en la comunidad
Julián Ginés, subdirector de operaciones en UACDC, destacó la magnitud de los daños en el área. Ginés señaló que aproximadamente el 40% del área universitaria fue inundada, impactando severamente infraestructuras clave como el centro comercial local y un complejo de apartamentos donde más de 100 personas han quedado sin hogar.
“Muchas personas aún no han regresado a sus casas después de evacuar, y cuando lo hagan, descubrirán que lo han perdido todo”, dijo Ginés.
El evento también abordó el desafío que enfrentan las organizaciones colaboradoras para ayudar a las víctimas, con un enfoque especial en las necesidades inmediatas de vivienda y provisión de alimentos. Desde que pasó el huracán Milton, UACDC ha distribuido miles de comidas diarias en el parque local mientras colabora con otras organizaciones para proporcionar ropa y servicios esenciales.
La sesión de la coalición no solo buscó crear un espacio para el networking, sino también una plataforma para la acción. Las organizaciones participantes, incluida la Administración de Pequeñas Empresas, trabajaron junto a líderes y miembros de la comunidad para evaluar las necesidades inmediatas y establecer un plan de acción.
Se llevaron a cabo sesiones de trabajo para abordar áreas críticas como la distribución de alimentos, disponibilidad de vivienda, transporte y apoyo a los pequeños empresarios afectados por la tormenta.
Sara Román, coordinadora de alcance en UACDC, enfatizó la importancia de la cooperación entre los residentes y las organizaciones locales para superar los desafíos actuales.
“Estas reuniones siempre han sido un punto de encuentro para discutir el desarrollo económico del área, pero esta vez la prioridad será ayudar a las familias a recuperarse de esta tragedia”, explicó.
Según Román, al menos 500 personas han perdido sus hogares en el área universitaria, y muchas aún carecen de acceso a servicios esenciales como electricidad o agua potable.
Desafíos que enfrentan los más vulnerables
Una de las preocupaciones en las que se centraron los organizadores fue el futuro de las familias que no califican para la asistencia federal debido a su estatus migratorio.
“Muchas de estas personas no saben a dónde acudir en busca de ayuda”, señaló Román. La comunidad hispana y otros grupos vulnerables han sido particularmente afectados, ya que algunos de ellos viven en casas de alquiler y carecen de acceso a seguros u otros recursos que les permitirían reconstruir sus vidas. Colaborar con agencias como FEMA ha sido un desafío, ya que muchas víctimas no cumplen con los requisitos necesarios para recibir fondos federales.
Mientras tanto, Samantha Brown, una agente inmobiliaria que frecuenta el área, destacó los riesgos que enfrentan propietarios e inquilinos al lidiar con las secuelas del desastre.
“Estas personas que fueron afectadas por los huracanes no saben cómo proceder o qué opciones tienen, lo que las hace vulnerables a posibles estafas y fraudes”, advirtió Brown. La falta de conocimiento acerca de los recursos disponibles ha dejado a muchos residentes en una situación incierta, sin saber si podrán recuperar sus hogares o si tendrán que abandonar el vecindario.
Brown también instó a los residentes a mantenerse informados y cautelosos respecto a las posibles estafas porque, durante los desastres naturales, algunas personas podrían aprovecharse de la situación ofreciendo reparaciones fraudulentas o condiciones abusivas en contratos de venta de propiedades.
“Las personas necesitan recibir buenos consejos y buscar referencias legítimas antes de emprender cualquier proceso de reconstrucción de viviendas”, enfatizó la agente.
El camino hacia la reconstrucción
A pesar de la emergencia, los líderes comunitarios y organizaciones presentes en la reunión se comprometieron a continuar los esfuerzos de recuperación. La necesidad de vivienda temporal, restaurar servicios básicos y apoyar a pequeños negocios fueron algunos de los temas más destacados.
UACDC y sus socios planean seguir trabajando con agencias gubernamentales y voluntarios para brindar asistencia a los más afectados.
Entretanto, Ginés envió un mensaje de esperanza a la comunidad, animando a las familias a mantenerse fuertes durante estos tiempos difíciles.
“La ayuda está en camino, no se preocupen, estamos aquí para ustedes”, aseguró, “y aunque el proceso de recuperación será largo, estamos comprometidos a apoyar a nuestra comunidad en cada paso del camino”.
El área universitaria, a pesar de estar cerca de instituciones como la Universidad del Sur de Florida y el Hospital de Veteranos Haley, ha enfrentado altas tasas de criminalidad, pobreza y recursos limitados. La falta de inversiones públicas y privadas en infraestructura, servicios y desarrollo económico ha perpetuado la noción de que esta comunidad no recibe el mismo nivel de apoyo que otras áreas más prósperas de Tampa, dijo Teresa Rodríguez, una residente local afectada por la inundación.
Román comentó que ha vivido en el área universitaria durante más de 20 años y recordó que en 2004, con el huracán Wilma, enfrentó una situación muy similar a la actual. Mencionó que, durante ese huracán, perdió tanto su hogar como su automóvil al igual que muchos otros residentes. A pesar de recibir atención mediática y ayuda organizativa en ese momento, destacó que no se han visto cambios significativos en la comunidad a lo largo de los años.
Explicó que, a pesar de la ayuda recibida después de Wilma, el progreso en el área ha sido lento y los mismos problemas, tales como la infraestructura inadecuada y los recursos, continúan afectando a los residentes dos décadas después.
Román enfatizó que, aunque los tiempos políticos y las circunstancias han cambiado, son los esfuerzos diarios de la gente los que les permitirán avanzar. Del mismo modo, instó a los hispanos y a todos los residentes del área a seguir luchando, permanecer unidos y apoyarse mutuamente en estos momentos difíciles. Detalló que, además de la población hispana, el vecindario alberga a familias de diversas partes del mundo, incluidos haitianos, árabes, kazajos y paquistaníes, lo que refleja el multiculturalismo del área.
“Esta diversidad que tenemos aquí es un testimonio de cómo la comunidad se ha enriquecido con las diferentes culturas que coexisten en el área, pero al mismo tiempo, esta pluralidad plantea desafíos adicionales, especialmente cuando se trata de ofrecer ayuda y servicios, como traducciones o completar formularios de asistencia necesarios para ayudar a los residentes en el proceso de recuperación después de los huracanes”, dijo Román.
También subrayó la importancia de prestar atención a las autoridades y organizaciones que realmente están ayudando y urgió a la comunidad a aprovechar los recursos disponibles, como el centro de UACDC, para continuar en el camino hacia la recuperación.
Distribución de alimentos
Después del huracán Milton, el CDC del área universitaria implementó un programa de distribución diaria de alimentos para los residentes afectados. Se sirven almuerzos en el parque local entre el mediodía y las 2 p.m., y han sido esenciales para las familias que perdieron sus hogares o carecen de acceso a servicios básicos como electricidad y agua potable.
Ginés señaló que el volumen de alimentos entregados ha sido significativo, con miles de personas beneficiándose diariamente gracias a la colaboración entre la comunidad, voluntarios y negocios locales.
El menú ofrecido ha sido variado y de alta calidad. La cadena de restaurantes Carrabba's ha estado proporcionando comidas calientes y otras organizaciones han contribuido con comidas empaquetadas, permitiendo a los residentes llevar comida para consumir más tarde.
Esta combinación de comidas calientes y para llevar ha asegurado que las familias tengan acceso a una comida completa durante este crítico período de recuperación. La respuesta alimentaria ha sido una de las acciones más visibles en la comunidad.
Ginés destacó que, aunque la distribución de alimentos es importante, también es el primer paso para involucrar a los residentes en la recuperación. Mientras tanto, organizaciones como Operation BBQ Relief también han estado presentes, sirviendo aproximadamente 2,000 comidas diarias, lo que habla de la magnitud de la necesidad en la localidad y la importancia de la ayuda para asegurar que los miembros de la comunidad puedan recibir alivio temporal en tiempos de crisis.
Para obtener información acerca de recursos de ayuda o donaciones, puede visitar el sitio web: uacdc.org/disasteraid