El Colegio Cardenalicio, reunido en la Capilla Sixtina, eligió el 8 de mayo al cardenal Robert F. Prevost Martínez como el papa número 267 de la Iglesia Católica. Prevost, nacido en Chicago, Illinois, el 14 de septiembre de 1955 y hasta ahora prefecto del Dicasterio para los Obispos bajo el papa Francisco, tomó el nombre de papa León XIV. Hijo de Louis Marius Prevost, de ascendencia francesa e italiana, y de Mildred Martínez, de raíces españolas, el papa tiene doble nacionalidad: estadounidense y peruana. Sucede al difunto papa Francisco, quien lideró a la Iglesia desde el 13 de marzo de 2013 hasta su fallecimiento el 21 de abril de 2025.
El proceso de elección inició el 7 de mayo y concluyó el jueves por la tarde con el tradicional humo blanco saliendo de la chimenea de la Capilla Sixtina, señal inequívoca de que un nuevo papa había sido electo. Minutos después, desde el balcón de la Basílica de San Pedro, se proclamó al mundo la frase en latín “¡Habemus Papam!”, marcando un nuevo capítulo en la historia de la Iglesia católica.
En 1977, Prevost, ingresó al noviciado de la Orden de San Agustín (O.S.A.) en la provincia de Nuestra Señora del Buen Consejo, en San Luis. El 29 de agosto de 1981 emitió sus votos solemnes. Estudió en la Catholic Theological Union de Chicago, donde obtuvo un diploma en teología
Obtuvo la licenciatura en derecho canónico en 1984, y luego fue enviado a trabajar en Perú. Llegó por primera vez al país andino en 1985 como parte de la misión agustiniana en Chulucanas, Piura. Más adelante fue enviado a Trujillo, donde dirigió el proyecto de formación conjunta para aspirantes agustinos en los vicariatos de Chulucanas, Iquitos y Apurímac. Allí sirvió como prior de comunidad, director de formación y formador de profesos, además de vicario judicial del arzobispado de Trujillo y profesor de derecho canónico, patrístico y moral en el Seminario Mayor San Carlos y San Marcelo. Sirvió en el país sudamericano durante casi tres décadas, alternando funciones pastorales, académicas y de gobierno religioso.
En 2014, fue nombrado administrador apostólico de la Diócesis de Chiclayo por el papa Francisco, quien luego lo designó obispo titular de esa diócesis en 2015. Permaneció en ese cargo hasta 2023, cuando fue llamado oficialmente a Roma tras ser nombrado prefecto del Dicasterio para los Obispos. En Chiclayo, desarrolló una intensa labor pastoral centrada en la formación del clero, el fortalecimiento de las parroquias y el acompañamiento a comunidades empobrecidas del norte peruano. Su experiencia en Perú marcó profundamente su camino hacia el papado.
Tampa celebra a su primer papa estadounidense
Desde la Bahía de Tampa, la Diócesis de San Petersburgo se sumó a la alegría de millones de fieles. Con presencia en cinco condados —Hillsborough, Pinellas, Pasco, Hernando y Citrus—, la diócesis expresó su respaldo al nuevo Santo Padre a través de un mensaje oficial de su obispo, Gregory Parkes.
“Que Dios bendiga a nuestro nuevo Santo Padre. Rezo para que su ministerio una a la familia humana en la búsqueda de la paz y el bien común de las personas de todas las razas, religiones y lenguas”, expresó Parkes.
El obispo también invitó a los católicos y a todas las personas de buena voluntad a unirse en oración y apoyo al nuevo pontífice en esta nueva etapa para la Iglesia.
Para conmemorar este acontecimiento, el obispo Parkes celebró hoy una misa de acción de gracias en la capilla de la Escuela Secundaria Católica de St. Petersburg, ubicada en el 6333 9th Avenue N., St. Petersburg, FL 33710. A la misa asistieron estudiantes, docentes, personal y líderes diocesanos.
La Diócesis de San Petersburgo está conformada por cerca de 500,000 católicos, más de 300,000 de ellos registrados, y abarca un territorio diverso con 75 parroquias, cinco misiones y 47 escuelas y centros de aprendizaje temprano. Bajo el liderazgo del obispo Gregory Parkes desde 2017, la diócesis también ofrece servicios sociales, atención médica, programas pastorales y celebraciones litúrgicas en 13 idiomas distintos.
La misión de la diócesis es proclamar el Evangelio de Jesucristo e invitar a todos a encontrar su amor y su misericordia. A través de la fe, el culto, el servicio y la oración, busca acompañar a la comunidad y fortalecer el bien común.
Una nueva etapa para la Iglesia católica
La elección del papa León XIV representa un momento clave para el presente y el futuro de la Iglesia católica. Además de ser el sucesor de San Pedro —el apóstol elegido por Jesús—, el nuevo pontífice asume los títulos de Obispo de Roma, Vicario de Cristo, Siervo de los Siervos de Dios y Santo Padre.
El nombre “pontífice” proviene del latín pontifex, que significa “constructor de puentes”, y refleja el papel del Papa como guía y mediador espiritual entre la Iglesia y la humanidad.
Durante su saludo Urbi et Orbi, el papa León XIV se dirigió en español a los fieles congregados en la Plaza de San Pedro, y expresó: “Y si me permiten también una palabra, un saludo... a todos aquellos, en modo particular, a mi querida diócesis de Chiclayo en el Perú, donde un pueblo fiel ha acompañado a su obispo, ha compartido su fe y ha vivido con esperanza el Evangelio de Cristo. Que el Señor los bendiga y los fortalezca siempre.”
El papa León XIV asume el liderazgo de la Iglesia católica en medio de un año de jubileo, un tiempo de renovación espiritual para millones de fieles en todo el mundo. Este contexto litúrgico aumenta las expectativas respecto a su pontificado, que comienza en una etapa de profundos cambios culturales y tecnológicos en el mundo. Uno de sus principales desafíos será lograr que el mensaje cristiano dialogue con las nuevas generaciones, aprovechando los medios digitales para revitalizar la fe de los creyentes. Con una amplia trayectoria pastoral en América Latina, el nuevo pontífice está llamado también a fortalecer el compromiso de la Iglesia con los pobres, los migrantes y el cuidado del medio ambiente. En el ámbito internacional, deberá continuar el rol diplomático del Vaticano en zonas de conflicto como Ucrania y Medio Oriente, promoviendo la paz y el entendimiento entre las naciones.
El presidente Donald Trump manifestó en Truth Social su satisfacción por la elección y la calificó como “un inmenso orgullo para nuestra nación”, además de expresar su intención de encontrarse personalmente con el nuevo pontífice, en lo que consideró “un acontecimiento de gran trascendencia”. Por su parte, el vicepresidente J.D. Vance, pese a haber sido objeto de críticas por parte del entonces cardenal Prevost debido a ciertas posturas políticas, adoptó un tono conciliador. A través de un mensaje en las redes sociales, Vance felicitó al papa León XIV, subrayando que “miles de católicos estadounidenses y otros creyentes orarán por su fructífero ministerio en la Iglesia. ¡Que Dios lo bendiga!”.
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