En una decisión que podría alterar profundamente la vida de cientos de miles de inmigrantes, el Tribunal Supremo de Estados Unidos permitió este lunes que la administración del presidente Donald Trump revoque el Estatus de Protección Temporal (TPS) para aproximadamente 350.000 venezolanos. La medida, que había sido bloqueada previamente por un juez federal en California, expone a estos migrantes al riesgo de deportación mientras continúan los litigios en tribunales inferiores.
Un giro en la política migratoria
En 2021, la administración de Joe Biden concedió el TPS a los venezolanos, argumentando que las condiciones en Venezuela bajo el régimen de Nicolás Maduro eran demasiado peligrosas para el retorno de sus ciudadanos.
Sin embargo, en febrero de 2025, la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, anunció la terminación del TPS para los venezolanos, alegando preocupaciones de seguridad nacional y pública. Esta decisión fue impugnada en los tribunales, y un juez federal en San Francisco bloqueó temporalmente la medida, señalando que podría estar motivada por prejuicios inconstitucionales hacia los venezolanos.
La Corte Suprema, en una orden breve y sin explicación, levantó la suspensión impuesta por el tribunal inferior, permitiendo que la administración Trump proceda con la revocación del TPS para los venezolanos. La jueza Ketanji Brown Jackson fue la única en disentir públicamente de la decisión.
Aunque la decisión no implica deportaciones inmediatas, permite que el gobierno inicie procedimientos de remoción contra los beneficiarios del TPS. Los inmigrantes afectados aún pueden presentar argumentos individuales para evitar la deportación, basados en riesgos de seguridad o fundamentos legales .
Impacto en la comunidad venezolana
La revocación del TPS afecta principalmente a comunidades en estados como Florida y Texas, donde reside una gran población venezolana. Muchos de estos inmigrantes han establecido sus vidas en Estados Unidos, trabajando y contribuyendo a la economía local. La decisión ha generado temor e incertidumbre entre las familias venezolanas, que ahora enfrentan la posibilidad de ser obligadas a regresar a un país sumido en crisis.
Organizaciones de derechos humanos y defensores de los inmigrantes han criticado la medida, calificándola de insensible y perjudicial.
La decisión del Tribunal Supremo se produce en un contexto de endurecimiento de las políticas migratorias bajo la administración Trump. Además de la revocación del TPS para los venezolanos, el gobierno ha tomado medidas similares contra inmigrantes de países como Haití, Afganistán y Camerún.
Mientras tanto, los litigios sobre la legalidad de estas acciones continúan en los tribunales inferiores. La comunidad venezolana y sus defensores esperan que futuras decisiones judiciales puedan ofrecer algún alivio o protección adicional.
En el ínterin, miles de familias venezolanas en Estados Unidos enfrentan un futuro incierto, atrapadas entre las políticas migratorias cambiantes y la esperanza de encontrar seguridad y estabilidad en el país que han llegado a considerar su hogar.