Por Patricia Arbulú
Especial para CENTRO Tampa
Sucedió lo pensado Keiko Fujimori está nuevamente en prisión preventiva. El juez Víctor Zúñiga dio paso a la petición de la fiscalía y aplicó 15 meses, mientras dure la investigación por presunto lavado de dinero. Muchos fuimos testigos de la vehemencia y hasta, en algunos momentos, desesperación del fiscal José Domingo Pérez.
Sobre este suceso quiero expresar mi opinión a expensas que pueda generar insultos y maldiciones por quienes solo acceden a informaciones de conveniencia sin corroborar o investigar un poco más, la información sesgada que llegan de los medios.
Han pasado casi tres décadas desde el enfrentamiento que tuvo el gobierno de Alberto Fujimori y las huestes subversivas de Sendero Luminoso y los Túpac Amaru. Esos grupos terroristas fueron amos muy crueles, muchos sufrimos las consecuencias de una ideología enclavada dentro del terror y la muerte.
Los que estamos fuera de nuestra patria somos la consecuencia de un mal primer gobierno aprista sumado al terror de estos grupos subversivos tratando de alcanzar el poder mediante la lucha armada. Aquella fue una historia que quedó en las mentes y recuerdos de quienes lo sufrieron en carne propia.
Si hay un reclamo por hacer, después de estas tres décadas, sería en contra de nuestras autoridades que no se preocuparon en mantener una enseñanza de lo que pasó. Nuestros jóvenes jamás tuvieron acceso a la historia y todo se dejó al rencor que generó situaciones políticas como el cierre del Congreso peruano, las posteriores medidas económicas y el éxito en el aniquilamiento de los grupos armados.
Ante esta situación que vivieron los terroristas, hubo un cambio en su manera de actuar. Las armas pasaron al olvido y el terror dio paso a un cambio de estrategia. Cual extremistas del medio oriente se preocuparon en preparar a sus soldados para ir copando los estamentos del gobierno y vaya que lo lograron.
Si uno quisiera catalogar cuál es la completa oposición ante una ideología recalcitrante entre los grupos políticos, diremos que, el fujimorismo representa, para ellos, la venganza a cumplir. Una total desaparición fujimorista y la muerte de sus líderes más representativos ante una muerte lenta y dolorosa es la meta por cumplir.
Ante lo que viene sucediendo con Keiko Fujimori, no me cabe ninguna duda que el plan se viene dando. No es posible que nos pasen por la cara el hecho de que otros como: El Club de la Construcción estén en sus casas sin reclamo alguno, como es posible que, ante las pruebas inminentes del ‘El Cosito’ (Ex-presidente Ollanta Humala) y su esposa, Nadine Heredia, o la del ex-ministro César Villanueva estén pasando piola (como se diría coloquialmente) o inadvertidos.
Pienso que este plan tiene un principio con las huestes fujimoristas, si ellos alcanzan el poder, sus planes podrían ser frustrados. Cumpliendo este objetivo, los que sigan serán aquellos que hoy aplauden. Medios de comunicación, políticos, presidentes o prominentes empresarios serán pasados por las armas porque, hasta entonces, el poder será suyo.
Lo que digo pareciera una película de mucha fantasía, ojalá fuese así. El Perú es la tierra que nos vio nacer, luchemos por ella, la mejor manera es interpretando cada paso de estos traidores ante sus ansias de poder. Si Keiko es o no culpable, es lo menos relevante ante las verdaderas intenciones de estos ex-terroristas.
Créanme, nada es imposible, espero quede en ello, una triste fantasía, espero no lamentemos la pérdida de lo más preciado como es nuestra libertad y la preciada democracia.
Arbulú es periodits peruana y presentadora de televisión del programa ‘Entre Nos’. Actualmente vive en Los Ángeles.Para escribirle: Patriciaarbulu30@gmail.com
