Fotos de JUAN CARLOS CHÁVEZ / Times
Docenas de familias afectadas por el Huracán Milton recibieron comidas calientes durante un evento comunitario en Wimauma organizado por la Cruz Roja.
WIMAUMA — Domitila López caminó media milla desde su casa en Wimauma hasta el Parque Bethune en busca de comida para ella y sus dos hijos pequeños. López, una madre mexicana de 40 años, fue recibida por voluntarios de la Cruz Roja que distribuían almuerzos a las familias afectadas por el Huracán Milton.
“Valió la pena la caminata larga”, comentó López. “No tengo nada en casa”.
La comida caliente que López recibió —un sándwich de cerdo, judías verdes y una taza de duraznos en trozos— fue un alivio en medio de las dificultades que ha enfrentado, desde un techo parcialmente destruido por los fuertes vientos hasta las camas de sus hijos arruinadas por las inundaciones y la pérdida de toda su comida y leche tras quedarse sin electricidad.
Líderes comunitarios y vecinos apoyaron el esfuerzo de ayuda utilizando grupos privados de WhatsApp para compartir información confiable en español y responder preguntas de los residentes sobre la distribución de alimentos y otros recursos esenciales.
La portavoz de la Cruz Roja, Taylar Sausen, dijo que enviaron tres unidades móviles al área de Wimauma para entregar hasta 1,000 almuerzos. La comida fue preparada por Operation BBQ Relief, una organización sin fines de lucro fundada en 2011 para ayudar a las víctimas de un tornado en Joplin, Missouri.
“Vamos a estar aquí y en otras áreas de la región, proporcionando asistencia a todas estas familias”, dijo Sausen. “Estaremos trabajando de esta manera por un largo tiempo”.
Cecilia Maldonado, una inmigrante guatemalteca de 30 años y madre de cuatro hijos, dijo que la ayuda de emergencia es vital. Maldonado y su familia pasaron la noche en que Milton tocó tierra en un refugio local. Cuando regresaron a casa al día siguiente, encontró que el agua había dañado el interior de la casa.
“Ha sido difícil para todos nosotros porque no recuperamos la electricidad hasta el domingo”, dijo Maldonado. “Por eso la mayoría de nosotros no teníamos comida caliente. Todo lo que estaba en la nevera tuvo que tirarse”.
Voluntarios locales, como Ana Lamb y Latoya Lovett, se unieron a la distribución de almuerzos de la Cruz Roja.
Lovett, quien creció en Wimauma, dijo que el esfuerzo de llevar comida a quienes la necesitan fortalece la comunidad y la solidaridad. Condujo el auto de su familia al Parque Bethune con botellas de agua para donar.
“Somos Wimauma, una comunidad llena de unidad”, dijo Lovett. “Nuestra comunidad merece este apoyo, y cada vez que se necesite, estaremos aquí”.
Margarita Mejía, de 29 años, madre mexicana de dos hijos, estaba entre las personas que esperaban en la fila con sus hijos.
“¡Gracias!” le dijo Mejía a la trabajadora de la Cruz Roja. “Hoy será diferente”.