Tampa lleva mucho tiempo siendo un remate perfecto en la cultura pop. ¿Hace falta enumerar las veces que nos han pinchado y ridiculizado, desde monólogos de comedia hasta “30 Rock”? Si Florida es la raíz de lo absurdo, Tampa es la fruta más jugosa del árbol… o mejor dicho, la mazorca.
Sin embargo, generalmente esta región recibe las burlas desde la distancia, perpetradores lanzando pullas a nuestras sudorosas rarezas antes de volver corriendo a sus apartamentos en West Village con cuatro compañeros de cuarto. Rara vez se ríen de nosotros en nuestra cara.
Eso cambió el martes, cuando “Shucked”, un musical cómico ganador del premio Tony que actualmente está de gira, se estrenó en el David A. Straz Jr. Center for the Performing Arts.
El espectáculo, con música y letras de Brandy Clark y Shane McAnally y libreto de Robert Horn, va así: los residentes del pueblo ficticio Cob County enfrentan dificultades cuando sus queridas cosechas de maíz comienzan a decaer. Maizy (¿lo pillan?), una joven ingenua pero valiente, deja a su prometido simplón para buscar ayuda en la gran ciudad: Tampa.
Llevé a mi esposo, un nebraskense que se graduó como Cornhusker antes de acabar en Tampa Bay. Yo nací en Ohio, donde ver a los amish cuenta como una actividad de sábado. Conocemos el maíz, y conocemos Tampa. ¿Harían gracia los chistes sobre Florida o dolerían? ¿Serían los guiños de Broadway demasiado obvios? ¿Y realmente costaba $10 la bolsa de cotufas con queso del lobby?
En Tampa, Maizy (interpretada por Danielle Wade) encuentra al “Doctor del Maíz”, un estafador de poca monta llamado Gordy que se hace pasar por podólogo (interpretado por Quinn VanAntwerp). Comienzan una aventura al estilo “Florida Man” y vuelven a Cob County para desenredar el lío en, lo siento mucho, el laberinto de maíz de sus corazones.
Pero antes de eso, Maizy debe llegar a nuestra querida ciudad. Tampa es presentada con un número musical deslumbrante llamado “Travelin’ Song”. Vestida con una visera verde lima —porque todo el mundo sabe que en Tampa se usan viseras—, Maizy sonríe frente a un letrero que deletrea T-A-M-P-A.
“¡En Tampa, todos se llaman Tina o Tamara!”, canta. “¡Es una extravagancia de rubias platinadas! Sí, ¡todos son hermosos en Tampa! No es para nada lo que me habían dicho. La arena es blanca, el sol es dorado, y la gente es tan vieja.”
Anoté todo lo que pude captar mientras el elenco giraba con estampados tropicales. Esta es la imagen de Tampa según el espectáculo:
Piña coladas, jubilados, bistecs, strippers, bambú, cascos de cerveza, franelas con aerógrafo, Barbiecore, ropa deportiva, flamencos, hojas de palma, sandalias Keen de papá, tambores de acero, joyeros de dudosa reputación, caimanes, Southwest Airlines.
¿Más o menos preciso? No está tan mal, según nosotros los trasplantados del maíz. En una nota especialmente auténtica, los característicos minaretes de la University of Tampa aparecen dentro de la gran letra T. Por otro lado, los forasteros siguen pensando que la ciudad de Tampa tiene más playas de las que realmente posee.
Exactitudes aparte, el público en Tampa enloqueció. Ya entrados en dobles copas de vino y whisky promocional, lanzaron vítores en la herradura cavernosa del Straz. “Shucked” es una sátira afilada repleta de insinuaciones y chistes veloces como rayos. Además, la mayoría de los floridanos ya están al tanto del chiste que somos. Uno no se muda a Florida sin aceptar que va a ser caricaturizado.
Pero la verdad incómoda del chiste sobre Tampa siempre está ahí, como un albatros que no logramos quitarnos. Si alguien tan ingenua como Maizy cree que Tampa es una ciudad cosmopolita, la audiencia sabe que no lo es. En el contexto del espectáculo, Tampa no es un lugar al que una persona seria recurriría, sino más bien un semillero estridente de criminales, excéntricos y oportunistas.
Esa línea de ridiculización siempre va a doler mientras los locales intentan evangelizar sobre la historia, diversidad y potencial de Tampa Bay. Más de 3.4 millones de personas viven ahora en el área metropolitana, unas 400,000 de ellas solo en Tampa. Somos un centro de negocios y creatividad con distinguidas instituciones de educación superior. ¡Incluso tenemos a Doechii! Y, claro, también tenemos nuestra cuota de estafadores arrugados vestidos de rosa. Pero a medida que Tampa Bay continúa creciendo, los escritores de comedia deberán explorar un maizal más profundo en busca de inspiración.
“Shucked” tiene mucho corazón y un mensaje subyacente: dejar de asumir cosas sobre personas y lugares. Es un bonito sueño. Tal vez algún día le suceda a Tampa.
Si vas
“Shucked” estará en cartelera hasta el domingo. Straz Center for the Performing Arts, 1010 N. W.C. MacInnes Place, Tampa. Las entradas comienzan en $61. strazcenter.org