TAMPA - Maylin Rodriguez-Ramos tuvo que adaptarse al coronavirus como lo hicieron todos los estudiantes universitarios, y se refugió para aprender en línea en su pequeño apartamento en la Avenida Armenia.
Pero a diferencia de la mayoría de los estudiantes, la joven de ciencias políticas de 20 años de la Universidad del Sur de Florida enfrentó la ansiedad adicional de los esfuerzos de la administración Trump para enviar a casa a estudiantes como ella que fueron traídos ilegalmente a Estados Unidos cuando eran niños.
Respiró aliviada cuando la Corte Suprema falló en contra de la administración, diciendo que no había seguido los debidos procedimientos cuando intentó poner fin al programa que le permite quedarse aquí: Acción Diferida para los Llegados en la Infancia o DACA.
Pero su viaje y la montaña rusa legal comenzó de nuevo cuando la administración anunció el 28 de julio que las renovaciones bajo el programa se limitarían a un año a la vez en lugar de dos y que no se aceptarán nuevas solicitudes.
“Ha sido muy difícil digerir toda esta noticia en tan poco tiempo”, dijo Rodriguez-Ramos. “Me siento desconsolada porque muchos de nosotros pensamos que esta podría ser la última vez”.
El DACA, iniciado en 2012 con una orden ejecutiva de la administración Obama, permite que unos 660.000 inmigrantes jóvenes indocumentados conocidos como "soñadores" se queden en los Estados Unidos mientras trabajan y van a la universidad. No proporciona un camino hacia la ciudadanía o el voto.
El programa está abierto a quienes hayan sido traídos a los Estados Unidos antes de los 16 años, tienen viviendo aquí al menos cinco años y presentan un historial legal limpio. Proporciona a los destinatarios un número de seguro social y les permite trabajar legalmente. El programa también hace que Rodríguez sea elegible para una licencia de conducir de Florida.
Rodriguez-Ramos llegó a los Estados Unidos desde Honduras a los 4 años junto con sus padres. Supo de su estatus migratorio antes de graduarse de la escuela secundaria y comenzar a buscar universidades.
Rodriguez-Ramos dijo que debe renovar su estatus de acción diferida en mayo de 2021. La tarifa es de $ 495. Cuando presentó su solicitud por segunda vez, cubrió los costos del proceso con el dinero que ahorró en un empleo a medio tiempo. Ella espera que el programa continúe.
“Es un ciclo que nunca termina”, dijo Rodriguez-Ramos. “Es por eso que creo que necesitamos una solución definitiva para todos los que estamos en esto y para los que vienen después de nosotros”.
Reducir las renovaciones de dos años a uno es un movimiento que ya veían venir muchos defensores de los inmigrantes que luchan por una política migratoria justa, dijo Ted Hutchinson, director de Florida para FWD.us, una organización bipartidista que trabaja para reformar los sistemas de inmigración y justicia penal. El grupo fue fundado por líderes empresariales y tecnológicos, incluido Mark Zuckerberg, de Facebook.
“Pero seguiremos insistiendo en que se llegue a un acuerdo. Hay mucho por hacer, pero soy optimista”, dijo Hutchinson.
A raíz de la decisión de la Corte Suprema, la administración Trump está revisando las justificaciones para eliminar el DACA. La administración dice que el programa fomenta el contrabando y los cruces fronterizos ilegales, creando problemas en la aplicación de la ley, el bienestar infantil y la seguridad fronteriza.
Italia Rico-Hurtado, de 29 años, otro participante del programa de acción diferida, dijo que los soñadores deben ser vistos por su compromiso y avance y no como una carga no deseada para el país.
Rico-Hurtado, antropóloga, se graduó recientemente con honores de la universidad privada Rollins College en Winter Park. Ella espera estudiar ahora una maestría en salud pública. Tenía 8 años cuando llegó a los Estados Unidos con sus padres de Colombia debido a los disturbios y la economía en apuros allí.
“Me descubrí a mí misma, como persona y como estudiante”, dijo. “Sabía que los sueños no son imposibles y todo se puede lograr con esfuerzo”.

RWR62QYRJJBQNLN4XFUHQIL4EI.jpg
Italia Rico-Hurtado, derecha, se muestra aquí en una foto tomada fuera de la Corte Suprema de los Estados Unidos, en Washington Llegó a los Estados Unidos a los 8 años desde Colombia. Recientemente se graduó con honores de la universidad privada Roll...
Su familia trabajó para involucrarse en la vida y la cultura de su país de adopción.
“Yo era una niña pequeña y creía que todo estaba bien”, dijo Rico-Hurtado.
Rico-Hurtado Trabaja como portavoz de la Federación Hispana, una organización sin fines de lucro con sede en Florida Central que busca empoderar y fortalecer a las familias e instituciones latinas. Rico-Hurtado anima a los inmigrantes a registrarse y votar y tomar un papel más activo en los asuntos públicos.
“Es un tema muy importante porque las personas deben tener voz. Tenemos un gran potencial”, dijo.
Adonia Simpson, abogada del grupo de derechos de los inmigrantes con sede en Miami Americans for Immigrant Justice, sostuvo que los soñadores están preocupados por los años que han transcurrido y el debate sobre el DACA, aún en terreno inestable.
“La dificultad de DACA es que nunca fue una solución permanente”, dijo Simpson. “Fue una respuesta para ofrecer un nuevo camino”.