CENTRO Tampa
TAMPA — El 15 de septiembre,al comienzo del Mes de la Herencia Hispana, los Rays hicieron historia cuando jugaron contra los Toronto Blue Jays.
Pero el acontecimiento no vino de un récord de jonrones o sin hits. Fue la primera vez en la historia que un juego de las Grandes Ligas de Béisbol comenzó con un equipo titular con nueve jugadores de posición, todos latinos.
La ocasión dejó en claro que el talento latino es la piedra angular del roster de los Rays. Más de un tercio de la lista de 40 hombres del equipo proviene de países como Colombia, Cuba, República Dominicana, México, Panamá y Venezuela.
Pero, ¿ha aprovechado el equipo su diversidad para ganar nuevos fanáticos?
Para algunos fanáticos hispanos en el área de la Bahía de Tampa, la respuesta es tan clara como la victoria de los Rays sobre Toronto (11-0) ese día memorable. La fecha también coincidió con un homenaje a nivel mayor a Roberto Clemente y el inicio del Mes de la Herencia Hispana.
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Un cartel dice “Somos Rays” en español —
“Los Rays son un equipo tremendo en el estadio, pero les falta fuerza y convicción en la calle”, dijo Gustavo Torres, de 45 años, hincha venezolano de la franquicia desde que llegó a Tampa en el verano de 2016.
Los esfuerzos de los Rays deben centrarse en gran medida en las comunidades latinas no solo porque su población está creciendo más rápido que otras, dijo Torres, sino también para construir relaciones sólidas y cultivar la marca.
En Tampa, los hispanos representan el 26% de los 385,000 habitantes de la ciudad. En el condado de Hillsborough, está más cerca de un tercio de los 1,5 millones de residentes. En Clearwater, los hispanos constituyen casi el 20% de los residentes de la ciudad. Es del 8,4% en St Petersburg, hogar de 258,000 personas.
La franquicia de los Rays se negó a compartir con el Tampa Bay Times la cantidad de fanáticos y simpatizantes hispanos que atrae en el área de Tampa.
Los Rays atrajeron a 1.3 millones de fanáticos durante la temporada, la menor cantidad, sin contar los 2020 y 2021 afectados por COVID-19, desde 2003. También fue la tercera más baja en su historia de 25 temporadas en el Tropicana Field. Con un promedio de 13,927, ocuparon el tercer lugar más bajo en las mayores, por delante de Miami y Oakland.
Rafaela Amador Fink, vocera de los Rays, dijo que el equipo durante la última década ha trabajado con diversas organizaciones e individuos, incluida la transmisión de juegos en español y la creación de un sitio web y redes sociales en ambos idiomas.

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Los Rays iniciaron la primera alineación de bateo latinoamericana de Major League Baseball el 15 de septiembre contra los Blue Jays. De izquierda a derecha, René Pinto, Yandy Díaz, Wander Franco, Isaac Paredes, David Peralta, Harold Ramírez, José Sir...
Pero Torres dijo que los Rays deberían adoptar otras estrategias, como apoyar las ligas locales de softbol y lanzar una campaña mediática en español.
“Los Rays necesitan una mayor proyección en la comunidad latina y un compromiso para el futuro”, dijo Torres. “Pero primero, hagamos una conexión humana”.
Los Rays podrían forjar lazos más estrechos con la comunidad hispana si se asociaran con las ligas locales, dijo Torres.
Hace cinco años, Torres formó un equipo de softball para adultos que ahora se llama Gator’s. El grupo juega todos los domingos con otros seis equipos hispanos en un campo en Ybor City propiedad del Club Cívico Cubano.
El jardinero de los Rays, Randy Arozarena, es el único jugador de los Rays que ha visitado el campo de Ybor.
“Los Rays tienen que empezar desde abajo y generar nuevas ideas y cosas diferentes, especialmente para nuestros niños”, dijo Torres.
Los Rays han diversificado rápida y consistentemente su lista de jugadores latinos desde que comenzaron a jugar como una franquicia de las Grandes Ligas de Béisbol en 1998. La tradición ha ido de la mano con la firma de contratos millonarios. El mayor contrato en la historia de los Rays fue con Wander Franco, de República Dominicana.
Carlos Rodríguez, vicepresidente de operaciones de béisbol de los Rays, dijo que muchos hispanos ven al equipo ya sus jugadores como un ejemplo a seguir.
“Los Rays son un equipo bastante joven en comparación con otros como los Yankees, que tienen más de 100 años”, dijo Rodríguez. “Nosotros somos conscientes de que hay una necesidad de conexión, y eso lo vamos a mejorar porque sin el apoyo de la comunidad es imposible seguir avanzando”.
Jerry Romo, exgerente de mercados hispanos y emergentes de los Diamondbacks de Arizona, dijo que los equipos de béisbol como los Rays pueden usar a sus jugadores latinos para aumentar la visibilidad del deporte.
La clave, dijo Romo, es ser persistente y original mientras se reconoce y respeta el valor de la cultura latina.
“Tiene que ser un esfuerzo del 100% y no tener un pie dentro y otro fuera”, dijo Romo.
Los desafíos que enfrentan los equipos de las Grandes Ligas de Béisbol para atender a los latinos deben verse como una oportunidad para desarrollar estrategias y llegar a la comunidad, explicó Romo.
“Muchas veces hay que hacer un esfuerzo adicional y aprender a ser flexible, como pensar en hacer una campaña en spanglish, algo que hace años hubiera visto como una tarea imposible”, dijo Romo. “Pero hay que acostumbrarse y hacer ajustes con el tiempo”.
Otra estrategia es enfatizar la cultura latina. Romo recordó que la campaña Ponle Acento (“Ponle el acento”) comenzó en 2016 como una forma de resaltar la influencia de los jugadores latinos del béisbol y abrazar su herencia.
La mayoría de los equipos dieron a los jugadores la opción de agregar un acento en sus camisetas.
Los Rays durante la última década han iniciado varias iniciativas para llegar a la comunidad. El programa Rays Jersey ha equipado a más de 80,000 jugadores y entrenadores de tee-ball del área de Tampa Bay con camisetas y gorras desde 2014. El programa cubre más de 80 ligas diferentes en nueve condados y áreas con poblaciones hispanas. La iniciativa les ha ahorrado a esas organizaciones más de $1 millón en costos de equipo, según Amador Fink.
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El tercera base de los Rays de Tampa Bay, Isaac Paredes, choca los cinco con sus compañeros de equipo en el banquillo luego de anotar una carrera en la segunda entrada contra los Rangers de Texas en el Tropicana Field en St. Petersburg el 16 de septi...
Los Rays organizan clínicas de instrucción para sus jugadores y entrenadores en asociación con Positive Coaching Alliance, una organización sin fines de lucro a nivel nacional, dijo Amador Fink. La alianza brinda consejos a entrenadores y padres sobre cómo brindar una experiencia deportiva juvenil positiva y que fortalezca el carácter de sus equipos.
Otras iniciativas para establecer lazos con la comunidad hispana son las transmisiones radiales en español de los 162 juegos (más la postemporada), las cuentas bilingües en las redes sociales y el sitio web de los Rays.
Amador Fink también dijo que tienen un programa para leer libros en español e inglés en las bibliotecas locales, las escuelas y en el Tropicana Field, y el lema “Somos Rays”, que se traduce como “We are Rays”.
En agosto, el receptor de los Rays Christian Bethancourt, quien es de Panamá, participó en el programa Lectura con los Rays. Desde su lanzamiento en 2006, más de 400 000 estudiantes han leído durante sus vacaciones de verano y más de 74 000 fanáticos ganaron un juego gratis por alcanzar ciertas metas de lectura.
“Estamos comprometidos a aprender y evolucionar siempre y agradecemos los aportes de nuestros fanáticos sobre cómo conectarnos mejor con la comunidad de Tampa Bay”, dijo Amador Fink.
En una entrevista reciente, el jugador de cuadro de los Rays de Tampa Bay, Isaac Paredes, nacido en México, dijo que estaría dispuesto a visitar tantas escuelas y comunidades con población hispana como sea posible.
“Es una actividad que da mucha alegría”, dijo Paredes. “Todavía no lo he hecho, pero lo haré en el futuro”.
Yasser Borges, cubano y mánager de los Rays de Tampa Bay, un equipo de softbol local sin relación con la franquicia de las Grandes Ligas, dijo que los equipos deben integrarse en las comunidades. Señaló las fuertes conexiones entre los jugadores de béisbol, los equipos y los fanáticos en ciudades como Miami. En Tampa, dijo Borges, se necesita un poco más de esfuerzo.
“Sería una buena idea hacerlo con más frecuencia. Iría más gente al estadio”, dijo Borges.
El hermano menor de Borges, Smaily Borges, un ex jugador de béisbol profesional en Cuba que fue jardinero de los Cachorros de Chicago, organiza este tipo de reuniones en Miami entre jugadores de los Marlins latinos y estudiantes de su academia de béisbol, Bomb Squad.
Smaily Borges, de 38 años, dijo que estas visitas mejoran la visibilidad del deporte e inspiran a los niños.
“No hay nada mejor que la experiencia de ver al jugador en persona”, dijo Smaily Borges. En Cuba, su padre lo llevaba los fines de semana a ver los juegos de Los Industriales cuando era niño.
“Es algo que te marca de por vida”.
El redactor del Tampa Bay Times, Marc Topkin, contribuyó a este despacho.