TAMPA — Así es exactamente como se debe recordar a este equipo de los Bucs: Con estadio repleto. Zumbido nacional. Posibilidades históricas. Y una decepción colosal.
No había un ejecutivo de televisión que no quisiera poner a este equipo bajo las luces y, sin embargo, no hubo una alfombra roja desplegada en la que estos Bucs no tropezaran y ocasionalmente cayeran al suelo.
Los Bucs de 2022 llegaron al torneo de los NFL playoffs, pero no era un buen equipo.
Una derrota por 31-14 ante el equipo de los Dallas Cowboys en la primera ronda de los playoffs confirmó lo lejos que este grupo de jugadores esta de ser considerado un buen equipo. En retrospectiva, los 17 partidos de la campaña regular a menudo lo mostraban. O, para su crédito, de alguna manera nos volverían a engañar. (Y eso viene del tipo que a menudo llevaba el cetro de Sucker King.)
La temporada comenzó con la promesa de algo especial, hablaron a través de todas sus decepciones, vencieron a algunos equipos malos y convencieron a todos de que se presentarían en enero.
Y luego… la humillación.
No podían correr de aquí para allá. Tom Brady parecía perpetuamente confundido. La secundaria de defensa aparentaba un grupo de jugadores que recién se reunieron poco antes del juego en el estacionamiento. Y a las jugadas elegidas durante el juego le faltaba creatividad e inspiración, como siempre. Esta derrota habría encajado perfectamente con cada final de temporada desde 2009-19.
“Fue un año de altibajos”, dijo el esquinero Sean Murphy-Bunting. “Nunca captamos nuestro ritmo. Lo logramos por un juego o dos, y luego volvimos a perderlo”.
Ya, con la realidad de este final de temporada, además de comenzar las vacaciones, ¿Qué dirección tomaran los Bucs?
Honestamente, después de una campaña regular, mediocre, que dio paso a una postemporada de desilusión, nada debería estar fuera de las consideraciones.
Ningún puesto en el equipo debería estar seguro. Habrá cambios, y supongo que comenzarán con el mariscal de campo. Cuando todo terminó, Brady, un hombre de 45 años, actuó como un hombre en camino a su último viaje al vestuario. Saludó a la multitud, inclinó su gorra y luego se detuvo para besar a sus padres, quienes hicieron una rara aparición en el túnel del estadio.
Más tarde, cuando Brady se sentó sin camisa frente a su vestuario, un empleado de los Bucs se inclinó y le susurró al oído. El mariscal de campo metió la mano en su casillero y sacó la camiseta. En lugar de ir al cesto gigante en medio del vestuario, la camiseta quedó afuera y se la entregó a un amigo de Brady que se la metió dentro de la chaqueta y salió corriendo.
Todo creaba una sensación de finalidad, pero Brady nos ha sorprendido antes.
Por lo menos, este juego contra Dallas mostró a Brady y al resto del mundo cuánto trabajo debe hacerse en Tampa Bay. La línea ofensiva no es capaz de proteger a un mariscal de campo en la pendiente descendente hacia los 50. Los Bucs desesperadamente necesitan más velocidad en el exterior. Y el coordinador de la ofensiva Byron Leftwich podría ser un conveniente, y algo merecedor, chivo expiatorio.
El problema es que esto no fue una casualidad. Esta fue la décima derrota de Tampa Bay en los últimos 16 juegos.
“Así es el juego”, dijo el jugador de línea ofensiva Donovan Smith. “Los playoffs son ganar o irse a casa. Es una desgracia. No queríamos que la temporada terminara de esta manera. Estábamos mucho mejor. Teníamos la capacidad de lograr más, pero fuimos superados”.
Los Bucs fueron lo suficientemente buenos para llegar hasta la postemporada, pero no lo suficientemente buenos para presentar una pelea legítima. Fueron buenos como para entusiasmarnos durante toda la temporada, pero no lo suficientemente buenos como para cumplir con las expectativas de la pretemporada, que los tuvo en el Super Bowl.
Fueron lo suficientemente buenos como para darle a Brady otro título de división y otra aparición en los playoffs, pero no lo suficientemente buenos como para permitirle caminar en la noche con la dignidad que su carrera merecía.
“Sí hombre, duele. Apesta”, dijo Murphy-Bunting. “Solo sabiendo que el vestuario nunca será el mismo. Potencialmente, no volverás a estar cerca de ciertos compañeros de equipo. Nunca se sabe realmente lo que sucederá”.
Y así, finalmente, la farsa ha terminado y hay que afrontar la realidad.
¿Está este equipo lo suficientemente cerca como para salir adelante con algunos cambios, o es necesaria una revisión total? ¿Debería la familia Glazer poner presión sobre Brady para traerlo de vuelta en 2023, ¿o es obvio que su tiempo aquí ha terminado?
¿Merece Todd Bowles una segunda oportunidad después de haber salido apresurado en la última temporada baja, o su récord de 32-49 como entrenador principal en la NFL hablan por sí mismos?
Esas, sin embarg
El 16 de enero no hubo respuestas, solo despedidas agridulces.
Antes de dirigirse a la conferencia de prensa posterior al partido, Brady atravesó la sala para estrecharles la mano y abrazar a cada uno de los miembros de su línea ofensiva.
El centro Ryan Jensen, sentado en un taburete, recibió un beso de Brady en la parte superior de su cabeza roja.
Y luego el mariscal de campo más exitoso de la NFL se dirigió hacia la puerta.