CENTRO Tampa
RIVERVIEW - Como madre de dos niños con necesidades especiales, María ‘Lalita’ Tooley tuvo que ser creativa para superar las preocupaciones de los primeros meses de la pandemia. El propósito no era quedarse a la deriva.
“Había que hacer algo más para pasar el momento”, dijo Tooley.
Hace poco más de un año, la mujer de origen mexicano de 52 años decidió dar un paseo con sus hijos y sus terapeutas dos veces por semana.
Tooley dijo que una de las motivaciones era hacer una actividad al aire libre, aprovechando que las calles estaban casi vacías. El otro: recoger desechos plásticos y basura a lo largo de un camino abierto de casi una milla entre Balm Riverview Road y Quickwater Court.
“Creo que la pandemia nos enseñó que nosotros mismos podemos ser el cambio que buscamos”, dijo Tooley.
Colaborar con la comunidad y ayudar a mantener limpio el vecindario ha fortalecido la iniciativa de Tooley durante estos meses problemáticos de la pandemia, contó.
Tooley tiene un hijo de 17 años, Connor, a quien le diagnosticaron síndrome de Down.
Su segundo hijo, Jack, de 15, nació con una afección del espectro autista. Pero a diferencia de algunos padres, que niegan la situación o no hacen lo suficiente para comprender la condición de sus hijos, Tooley se dedicó a investigar y aprender en detalle cómo ayudar a sus hijos.
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Jack Tooley, de 15 años, es un niño autista. Su madre María 'Lalita’ Tooley dice que sus paseos han mejorado la personalidad y la actitud de su hijo.
Tooley dijo que ha tenido que lidiar con un sistema educativo que es complicado para los niños con autismo y síndrome de Down.
También tuvo que encontrar nuevas estrategias para mejorar el comportamiento de sus hijos.
“No fue fácil, pero estamos aquí, paso a paso, con cosas simples como hacer que mis hijos comprendan la importancia de levantar un papel en la calle para mantener limpias las alcantarillas”, dijo Tooley.
Las caminatas de tienen lugar los martes y jueves a las 8:30 a.m., y se han vuelto populares entre amigos cercanos y padres de otros niños con limitaciones de comportamiento y trastornos genéticos como el síndrome de Down.
El grupo ahora está formado por más de 12 personas, entre niños, terapeutas y padres. Uno de esos padres es la puertorriqueña Ivellis Burgos, de 48 años.
Burgos es madre soltera de dos niños con autismo, Noli, de 16 años, y Jay, de 14. Dijo que se unió al grupo a mediados del año pasado.
Burgos dijo que la actividad liderada por Tooley ha sido una oportunidad para que sus hijos hagan algo fuera de lo común en sus rutinas semanales y superen las exigencias que la pandemia ha impuesto en cada una de sus vidas.
“Realmente disfrutamos uniéndonos a las caminatas de Tooley y recogiendo basura”, dijo Burgos, de Brandon. “Les permite a mis hijos aprender reglas de seguridad, escuchar instrucciones y practicar habilidades sociales. Para nosotros, es genial porque disfrutamos estar fuera “.
Lorena Zevallos, terapeuta peruana que participa en las caminatas, dijo que la actividad es muy útil para que los niños aprendan instrucciones, como cruzar calles de manera segura.
También dijo que con el apoyo de otras herramientas educativas como la terapia ABA, una abreviatura de “Análisis de comportamiento aplicado”, el comportamiento de los niños mejora sustancialmente.
“Lo que siempre tratamos de hacer es enseñarles habilidades para que puedan ser lo más independientes posible”, agregó Zevallos.
Eren Méndez, madre de tres hijos, dijo que los esfuerzos de Tooley son asombrosos en medio de sus propias circunstancias.
Méndez, de Plant City, no es madre ni hermano de nadie con autismo. Pero como amiga cercana de Tooley, ha visto sus compromisos.
“Creo que el amor de Lalita por sus hijos es un gran ejemplo para muchos”, dijo Méndez, de 40 años. “Todo lo que hace es genial y posible”.