Por Raquel Aché
Especial para CENTRO Tampa
¡Amados Hermanos de Luz!
Me preguntan a menudo los lectores acerca del Karma, qué si existe, cuándo comienza a manifestarse, etc. Voy a refrescarles algunos conceptos que compartí en esta columna algunos años atrás.
¿Qué es el Karma? es una energía trascendente (invisible e inmensurable) que se deriva de los actos de las personas.
Las sucesivas reencarnaciones quedan condicionadas por los actos cometidos en vidas pasadas.
Las 12 leyes del Karma.
La Gran Ley: Lo que siembres, es lo que cosecharás. Esto también se conoce como la Ley de Causa y Efecto. Lo que ponemos en el Universo es lo que vuelve a nosotros. Si lo que queremos es la felicidad, la paz, la amistad, el amor… Paz, amor, alegría, buenos deseos. La energía negativa enviada a otros vendrá de nuevo a ti, pero 10 veces más potente.
La creación: La vida no ocurre por sí sola, requiere de nuestra participación. Somos uno con el universo dentro y fuera. Lo que nos rodea nos da pistas sobre nuestro estado interior. Sé y haz de ti mismo lo que quieres tener en tu vida.
La humildad: Lo que te niegas a aceptar, te va a seguir ocurriendo. Si lo que vemos es un enemigo, o alguien con un rasgo de carácter que nos encontramos a ser negativo, entonces nosotros mismos no estamos en un nivel superior de existencia.
El crecimiento: Donde quiera que vayas, ahí estás. Para que podamos crecer en el espíritu somos nosotros los que debemos cambiar y no las personas, lugares o cosas que nos rodean. Cuando cambiamos a quién y qué somos en nuestro corazón, nuestra vida cambia también.
La responsabilidad: Cada vez que algo malo sucede, hay algo mal en mí. Somos el reflejo de lo que nos rodea y lo que nos rodea nos refleja: hay que asumir la responsabilidad de lo que está presente en nuestra vida.
La conexión: Si algo que hacemos parece insignificante, es muy importante saber que se hace en conexión con todo el universo. Cada paso lleva al siguiente paso y así sucesivamente. Alguien tiene que hacer el trabajo inicial para que alguien obtenga un trabajo. Ni el primero ni el último paso son de mayor o menor importancia, porque ambos son necesarios para realizar la tarea. Pasado, Presente, Futuro… Todos ellos están conectados.
El enfoque: No puedes pensar en dos cosas al mismo tiempo. Tienes que ir subiendo la escalera con un paso a la vez. Cuando se pierde el enfoque en el que vamos, despierta la inseguridad y la ira.
El dar y la hospitalidad: Si tu crees que algo es verdad, entonces en algún momento de tu vida serás llamado a demostrar que es verdad. Aquí es donde podemos poner en práctica lo que hemos aprendido.
Aquí y ahora: Mirando hacia atrás examinando, es lo que nos impide estar totalmente en el aquí y ahora. Pensamientos viejos, viejos patrones de comportamiento, viejos sueños… Ellos nos impiden tener renovaciones.
El cambio: La historia se repite hasta que aprendamos las lecciones del que tenemos que cambiar en nuestro camino.
La paciencia y la recompensa: Todas las recompensas requieren de un esfuerzo inicial. Recompensas de valor duradero requiere trabajo paciente y persistente. La alegría verdadera nos ayuda a seguir haciendo lo que debemos estar haciendo, y la recompensa que esperamos vendrá a su propio tiempo.
La importancia y la inspiración: Siempre regresa algo de lo que hayas puesto. El valor de algo es un resultado directo de la energía y la intención que se pone en él. Lo mediocre disminuye.
Luz de superación espiritual a todos.
Para escribirle a Raquel: alquimiaesp1@hotmail.com