Por Raquel Aché
Especial para CENTRO Tampa
¡Amados Hermanos de Luz!
El Bien y El Mal.
Agradezco a los lectores que saben que soy venezolana y han solicitado en reiteradas ocasiones que escriba sobre Venezuela. Causa política, destrucción, hechicería, espiritismo y más.
Me solicitan comparta mi experiencia y conocimientos místicos, si es que puedo darles una referencia tipo visión, predicción. (No hago predicciones. Sin embargo, es posible recibir mensajes de Hermanos de Luz ascendidos, pero los usos para trabajar la trasmutación y reprender con fuerza espiritual a el mal.
Escribir sobre Venezuela me duele y debo ampliar algo de las causas que han creado todos estos efectos.
Es realmente por la indolencia, maldad y satanismo humano que han llegado a lo más bajo.
Realmente en ese hermoso país suramericano -donde nací y que llevo colgado en eI corazón. Y al cual hago reverencia de respeto y amor- se perdió la capacidad de describir el inmenso mal hecho a todo un pueblo trabajador y noble.
Han conllevado al país en toda una energía perniciosa del mal, más que del bien.
El mundo está viviendo turbulencias
No me referiré a un solo país en turbulencias tóxicas Venezuela. Pero si me referiré a nuestro Continente América. Sin pretender excluir al resto del mundo.
Las situaciones de caos social, sistemas, colapsados y una sociedad desorientada. En este momento no escapa de otros momentos de la humanidad. Solo que, estamos ante un mundo globalizado donde tenemos alcance a lo que sucede y que no sucede se inventa, se descompone. Ante la variante de perdida de los valores humanos, que por cierto son programados por intereses oscuros.
Una pócima retrograda: fundamentalismo, dogmatismo, oscurantismo, en fin, un coctel tóxico, de efectos que palpamos hoy día.
“Los dueños de la verdad” (dogmatismo)
“los comienzos de mi verdad no son discutibles” (fundamentalismo).
“La difusión de información actualizada es peligrosa para intereses personales o grupales. (Oscurantismo)
Las supersticiones, las irracionalidades, los fanatismos y arbitrariedades van acumulando profundas raíces y se va creando una actitud absolutista, dura de erradicar, (no difícil.)
La espiritualidad es fundamental para la recuperación humana, somos alma, mente, cuerpo, espiritualidad. ¡Somos más!
Tengo mucho que agregar, no soy simplista mi capacidad como humanista no me detiene en la base más importante de la existencia humana: La integración de los valores humanos.
Debemos y tenemos que continuar trabajando en luz.
Es necesario entender que somos un todo y que somos innatamente buenos y podemos desarrollar capacidades para lucidez mental y consciencia de toda la humanidad.
¡Realmente! Esta es una la lucha entre el bien y el mal. No dejemos que triunfe ese sentimiento que está hundiendo a nuestros países latinoamericanos.
Bendiciones.
Para escribirle a Raquel: alquimiaesp1@hotmail.com