Por Raquel Aché
Especial para CENTRO Tampa
“El ego no es jefe en su propio hogar” .-Sigmund Freud.
¡Amados Hermanos de Luz!
Nuestro ego.
Puede verse como algo positivo, pero cuando es en ‘exceso de autoestima’ puede ser perjudicial.
Aprender a conocer el ego y no permitir que dañe nuestra existencia y espacio es vital para vivir en sociedad.
El ego suele tener una visión muy limitada de la realidad, y sólo acepta su punto de vista, su modo de entender el mundo e incluso de amar. Pocas dimensiones pueden ser más dañinas y destructivas como el egoísmo en cualquiera de sus ámbitos, ya sea a nivel de amistad, a nivel laboral o en el seno de una pareja.
Al ego le gusta que las cosas sean como uno desea, que el mundo se ordene milimétricamente de acuerdo con sus perspectivas, a su concepción personal de lo que está bien y lo que está mal. No le gusta lo imprevisto, ni lo espontáneo, las reacciones que escapan a su control y que expresan voluntad propia.
Para amar en plenitud, debemos «desactivar el ego», permitiendo así que la pareja nos ame en libertad, siendo una persona con voluntad propia, y no como «nosotros deseamos». El amor que se ofrece con espontaneidad y de modo íntegro, es sin duda el amor más pleno y auténtico.
Lo que esconde la máscara del ego
Es muy frecuente que iniciemos relaciones de pareja con personas que muestran virtudes en un principio admirables. Resplandecientes casi. Aspectos como la seguridad personal, el aplomo, la firme confianza en uno mismo e incluso esa inclinación a la protección, puede «deslumbrarnos» en un inicio.
Sin embargo, al cabo del tiempo a esa seguridad inicial se le añade la necesidad de control y la obsesión en que las cosas, deben ajustarse a los esquemas propios. Es decir, lo que en un principio confundíamos con «seguridad» es en realidad un miedo muy claro a que «escapemos de su control», y a que evidenciemos sus vulnerabilidades.
Es preciso que empecemos a renunciar a hacer las cosas como nuestro ego quiere y a disfrutar como suceden. Es entonces cuando despertará nuestra verdadera conciencia del amor, esa que deja de luchar para dar paso a la espontaneidad del día a día, a una libertad donde no hay apegos y donde cada uno es dueño de sí mismo, y a su vez, parte de un proyecto en común.
Apuntes de la mente es maravillosa.
Bendiciones.