Por Raquel Aché
Especial para CENTRO Tampa
“Si quieres hacer un cambio permanente, deja de centrarte en el tamaño de tus problemas y céntrate en tu tamaño”. -T. Harv Eker, motivador cuyos padres emigraron a Norteamérica con 30 dólares. Autor de Millionaire Mind.
¡Amados Hermanos de Luz!
Un alto en medio de incertidumbre y miedo por falta de fe.
Reflexiones y conocimiento.
Queridos lectores deseo poder compartir con ustedes algunos ejercicios que conlleven a desarrollar nuestra alma y reafirmar nuestro espíritu para conformar una vida plena, llena de herramientas de energía positiva que nos permitirá ser cada día muchos más y ayudar junto con muchos otros que estamos en este camino al equilibrio del planeta.
Avancemos espiritualmente.
Progresar espiritualmente es un proceso que requiere dedicación, motivación y esfuerzo. Empiece por inspirarse y seguir ejercicios para el crecimiento espiritual y la superación personal.
El camino del crecimiento espiritual es la vía del autoconocimiento basado en la observación y aceptación de lo que verdaderamente pasa en nuestro interior. Solamente después que logramos ver y aceptar como propias y sin culpa nuestras emociones más sombrías, se abre la posibilidad de un cambio real y logramos ser dueños de nuestra propia vida. Este trabajo interno tiene un doble efecto; por una parte, nos hace sentir más íntegros y felices y, por otra parte, posibilita una mayor realización personal en todos los terrenos. El mundo externo es un reflejo de nuestro mundo interno, y en la medida que resolvemos los conflictos en nuestro interior, nuestra vida se torna más feliz y plena, más llena de realización personal y de satisfacciones. Llegan a cambiar, incluso, las circunstancias que no están bajo nuestro control. Este proceso es paulatino y lleva tiempo, pero una vez que se comienza, se siente la necesidad de seguir adelante. Como afirmaba Jung: "Lo que el hombre no conoce de sí mismo, le acontece como destino".
El tratar de alcanzar un ideal de perfección externo a nosotros mismos sobre la base de la voluntad hacer el bien y rechazar el mal, nos genera el deseo de ser distintos de lo que somos, con lo cual imposibilitamos la auto aceptación y, por lo tanto, el crecimiento. El hecho de identificarnos con nuestras mejores cualidades y rechazar todo lo que percibimos de negativo y oscuro en nosotros mismos hace que vivamos un desgarramiento interno, que nos sumerge más y más en una angustia existencial.
“Si piensas que tuviste un mal día, reflexiona en qué significa realmente un mal día. Probablemente encuentres que tu problema es totalmente solucionable y que las preocupaciones solo van en detrimento de tu tranquilidad y no solucionan nada.”
¡Reciban toda la positiva luz y energía del Universo!
Dios nos bendiga.
Luz, paz y amor.
Para escribirle a Raquel: alquimiaesp1@hotmail.com